Un par de jueces incompetentes ocupan el palco de esta Plaza. Hoy Jorge Ramos alternando cada tarde con Enrique Braun, le están quitando el prestigio que algún día tuvo. Angelino con el mejor lote se vio fuera de sitio. “El Chihuahua”, sin suerte y poca seriedad en su toreo. Gerardo Rivera se prestó al juego del indulto.
Monumental Plaza de toros México. 11ª de Temporada en tarde invernal. Floja entrada. Se lidió una corrida de la ganadería de Piedras Negras. Los seis toros banderilleados por sus espadas.
Juego del Ganado. Bien presentados, criados desde su fundación por la familia González. 1° Noble y bueno por el izquierdo. 2° Complicado. Punteaba y probaba sus embestidas. 3° Reservón y tardo que fue lastimado en la suerte de picar 4° Noble y repetidor 5° Sin recorrido, se ponía por delante 6° Noble y pronto. El mejor del encierro.
Abrió plaza Angelino quien se mostró un tanto precavido y falto de sitio. En ocasiones abusando con florituras al tendido. Poco lució en banderillas en ambos. Con la muleta llegó a acomodarse por el lado izquierdo del toro, que fue muy noble. Ante su 2°, con la muleta logró meritorios pases aislados con un toreo que poco transmitió a los tendidos. Fatal con los aceros y se retiró entre silbidos en ambos.
En 2° sitio vimos a “El Chihuahua” enfrentó a un toro probón, que gracias a su oficio le pudo pegar algunos capotazos. Puso banderillas con astucia. Con la muleta le pudo a un complicado. Mostró oficio. Mató de pinchazo y entera contraria. Ante el 5°, con banderillas mostró más voluntad que fortuna. Con la muleta el toro se le ponía por delante y le echaba la cara arriba. Al matar pegó un brinco al momento de la reunión. Salió lastimado de la cara al golpearse con el morrillo del toro. Escuchó un aviso.
El 3° fue Gerardo Rivera, quien lució de capa con tersura. El toro fue mal picado y quedó lastimado. Poco pudo lucir pues el toro se quedó pegado al piso. Finalmente se echó y fue apuntillado. Ante el que cerró plaza, el mejor del encierro, Gerardo se gustó y logró pegar buenos muletazos donde el escaso público se puso a favor del toro y propició el inmerecido indulto. Se despidió entre silbatina.