El cielo entoldado en cárdeno que lució ayer Guadalajara, alejó a los aficionados taurinos de la plaza Nuevo Progreso, tan solo unas mil personas lidiaron con el ligero frió que permeó en el ruedo y en el tendido. A las cinco de la tarde, durante el paseíllo, el sol se dejó ver, sin embargo, en el segundo novillo de la tarde se desató la lluvia que no paró hasta muerto el cuarto.
Sebastián Ibelles, con el abreplaza hilvanó lo más torero de la tarde, una faena construida con la derecha, plantándose en la arena y aguantando a un novillo que no era fácil, que incluso en ocasiones se volvía en un palmo de terreno. Mató de entera al tercer viaje y su labor fue silenciada. En este novillo cabe recalcar el quite por gaoneras que realizó Cristian Antar, después de que el novillo de Castorena recibió el segundo puyazo.
Con De Voto, lidiado en cuarto, estuvo tesonero sin lograr acaparar la atención del respetable. Mal con los aceros hasta escuchar un aviso, retirándose al anillo entre ligeras palmas.
Cristian Antar, poco pudo hacer, un novillo espión que se ponía por delante, el cual nunca se entregó. Lo mismo ocurrió con el que complementó su lote, un novillo que se quedó parado regateando las embestidas.
Juan Querencia, estuvo empeñoso con los dos astados que le correspondieron, sin embargo, no logró redondear los trasteos. El cierraplaza se lo brindó a Alfonso Hernández El Algabeño.
JMH