A un encierro de impecable presencia de la ganadería de Xajay, Arturo Saldívar, cortó la única oreja de la tarde, tras férrea faena al quinto, al que logró meter en la muleta ante el beneplácito de los cerca de cuatro mil aficionados.
No fue fácil para Saldívar someter al codicioso Alcahuete, sin embargo, hilvanó series de derechazos riñonudos y sin enmendar que le fueron aplaudidos con fuerza. Derechazos de gran trasmisión. Si la faena tuvo altibajos fue por la insistencia de Arturo, de torear con la izquierda. Con todo se fue tras el acero para dejar tres cuartos de estocada de efectos rápidos que le valieron la oreja.
Antes, con Curioso, el primer toro de su lote que resultó espión, estuvo voluntarioso, saludando en el tercio después de una estocada entera y un golpe con la espada de descabellar.
No fue la tarde de Ernesto Javier “Calita”, todo su empeño lo tiró por la borda con los aceros. Con el abreplaza, tras una faena de más a menos, se vio mal con la espada y caló al toro al tercer viaje.
Y qué decir, con el cuarto, Don Alfonso, con el cual nunca se acomodó y terminó escuchando gritos de ¡Toro, Toro!, si a esto le aunamos sus desaciertos con la toledana y la ayuda del puntillero, que levantó al toro dos veces, le sonaron los tres avisos, para que estadísticamente se le fuera vivo a los corrales.
Muy poco pudo hacer Gines Marín, con su aplomado primero. Y nada con el cierraplaza.
La ganadería de Xajay cumplió en presencia y varios de sus toros fueron aplaudidos al saltar al ruedo. En el cuarto de la tarde Eduardo Rivera pegó un puyazo en todo lo alto que le valió saludar en el tercio, castoreño en mano.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del finado torero de Jalisco, Alfonso Lomelí.