El público arropó al forcado tapatío, Luis Montes de Oca, en su despedida tras una trayectoria de treinta y tres años participando en diferentes grupos de Forcados del país, ayer, con cincuenta años de edad, con el primero de la tarde, salió como Forcado de Cara, dentro del grupo de Los Forcados Amadores de México, para tras realizar una pega al toro Tequilero de la ganadería de Fernando de la Mora. Una vez pasaportado el abreplaza, dio la vuelta al ruedo recibiendo innumerables muestras de afecto.
Fauro Aloi, se ganó a los cerca tres mil aficionados, que se dieron cita a la Plaza Nuevo Progreso, además de acentuar sus cualidades en la doma, lidió a sus dos oponentes con limpieza y temple, dejándose llegar los astados a la grupa. En ambos, clavó rejones al quiebro y banderillas al violín. A su primero le sepultó el rejón de muerte en lo alto, recibiendo la primera oreja de la tarde.
Con su segundo, Alteño, de la misma dehesa, un toro con son, codicia y recorrido superó su actuación anterior, sin embargo, pinchó antes de dejar el rejón de castigo por lo que solo fue premiado con una oreja más. El toro fue homenajeado con arrastre lento.
Cuatro toros de Santa Fe del Campo, lidiaron los toreros de a pie
Ernesto Javier “Calita”, con el segundo de la tarde, realizó un trasteo largo que no tuvo eco en el tendido.
Con el quinto de la tarde, su faena tuvo altibajos, por momentos asentado en la arena, le corrió la mano con gusto a Veterano, sin embargo, hubo espacios en los que a su trasteo le faltó ritmo. Con todo se fue tras el acero para sepultarlo en lo alto y cortar un apéndice.
Se vio a Juan Pablo Sánchez, maduro y con seguridad pisar terrenos comprometidos con el primero de su lote, su soso oponente se quedó muy pronto parado, y tuvo el diestro de Aguascalientes que hacer gala de todos sus conocimientos para ligar pases aislados y cambiados por la espalda que pusieron a la gente de pie. No dejó duda de sus deseos de integrar la corrida de triunfadores que se realizará el 26 de marzo.
Una oreja cortó en este toro y una más al cierra plaza que terminó embistiendo con la cabeza alta. Cabe destacar en su labor con el sexto, la manera en la que lo llevó con doblones, del tercio a los medios rematando con soberbio cambiado de manos.
JMH