Para el norirlandés Rory McIlroy la Ryder Cup debe esperar un poco más antes de volver. El número uno del mundo considera que ese duelo entre Estados Unidos y Europa goza de uno de los mejores ambientes en el deporte por lo que no le gustaría jugar sin público, como lo tiene programado la PGA.
Por la crisis sanitaria por coronavirus la PGA tuvo que adaptar su calendario de competencia por lo que reprogramó el primer Major, el PGA Championship del 6 al 9 de agosto, el US Open del 17 al 20 de septiembre y el Masters de Augusta del 12 al 15 noviembre, intercalando del 25 al 27 de septiembre la Ryder.
“No veo que se puede jugar así, y no creo que suceda. Creo que a la mayoría de los jugadores nos gustaría verla retrasada hasta 2021 para poder jugar frente a la multitud de aficionados y tener la atmósfera que hace que la Ryder Cup sea tan especial. Los golfistas son los únicos que hacen la Ryder. Si no estamos de acuerdo y no queremos jugar, no hay Ryder. Retrasarla a 2021 es la decisión correcta”, declaró a la BBC McIlroy, de 31 años.
McIlroy no es el único que se ha expresado así de la Ryder, a pesar de la ventaja que representaría jugar sin público para los europeos, por tocarles esta vez de visitantes, el español Jon Rahm, número dos del mundo, declaró:
“He escuchado los rumores sobre una posible Ryder Cup sin espectadores y, para mí, una Ryder Cup sin los espectadores no es una Ryder Cup. Si no están allí, son sólo 24 jugadores jugando al golf durante un fin de semana con la gente mirando desde casa. Simplemente no sería lo mismo, y tampoco sería justo para el equipo de los Estados Unidos si no tienen el apoyo de jugar en casa, que siempre es un gran factor”, difundió Sky Sports Golf.
Para Lee Westwood de Inglaterra también declaró que sería muy complicado imaginar embocar un putt ganador y voltear a las gradas vacías.
JMRS