Samantha Bricio se derrite en México. Con tono de broma, así define la estadía en su país luego de pasar un año en las temperaturas bajo cero de Rusia. Afianzada como una de las mejores deportistas de la nación, la tapatía comenta la evolución que ha tenido en su manera de ver el deporte, la incertidumbre que genera no tener los mismos reflectores que otras disciplinas y las esperanzas que tiene el voleibol para el futuro.
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¿Qué conclusión haces en retrospectiva con lo que has logrado?
Que he llegado hasta donde estoy ahorita por el apoyo de todos. Todo esto, hasta donde he llegado ahorita es con el apoyo de familia, amigos, el Code y toda la gente que ha tratado de apoyar el voleibol en Jalisco y México.
¿Qué es lo que más te ha ayudado al estar lejos de México?
El voleibol es un deporte de conjunto así que a donde vayas haces muchos amigos, eso ayuda bastante especialmente en mi caso que cada año, cada dos años me tengo que cambiar casi casi de país, y difícil ha sido como todos la pandemia que estuvo bastante fuerte. El año pasado cancelaron nuestra liga en Italia, este año en Rusia fue bastante difícil no solo para mí sino para los otros equipos de la liga ya que partidos importantes algunas veces no estaban las jugadoras más importantes porque se habían enfermado. Fue un poquito difícil tratar de restringir las cosas que haces. Tienes que saber que es tu prioridad rendir como deportista.
¿Cómo percibes la actualidad de otras disciplinas en México?
Desgraciadamente en México no apoyamos deportes que merecen ser apoyados. Me gustaría que más gente se acercara no solamente al voleibol sino a todos los otros deportes que no son tan apoyados y que se apoyara más. Si con las condiciones que estamos ahorita estamos sobresaliendo aquí en México y en el extranjero, yo creo que con un poquito más de apoyo sería mucho más grande el impacto que tendríamos.
¿Cuál crees que sea la razón por la que otros deportes no reciben difusión ni apoyo?
La verdad no sé. No me pongo a pensar en la razón porque no debería haber una razón. Estamos sobresaliendo, somos de los mejores algunos mundialmente, otros en Europa, otros aquí en México y de todos modos no se les da difusión, entonces te pones a pensar ‘¿qué más tengo que hacer para tener un poco más de difusión, no solo para mí sino para demostrarle a los demás que sí se puede?’.
¿En qué momento de tu carrera te encuentras?
Mi papá se burla de mí porque antes cuando salí de la universidad dije ‘nada más voy a jugar dos años y ya basta’, y ya voy por mi sexto. Ahorita que sé un poquito cómo se maneja y las experiencias que he tenido no tengo definido un periodo en el que voy a parar. El día que ya no lo disfrute es el día que diga ‘va a ser mi último año’. Ahorita una de las metas es regresar a Rusia y hacer un mejor trabajo del que hicimos este año que conseguimos tercero. Ya a las Olimpiadas de Tokio ya no fuimos pero con lo que estamos viendo ahorita de las chavas que están en la universidad en Estados Unidos, se están desarrollando bastante entonces creo que tenemos una oportunidad buena para calificar a los Juegos de París.
¿Llegaste a sufrir alguna situación de racismo en el extranjero?
Sé que el racismo existe pero tuve la suerte que nunca me tocó. Algo que sí me tocó fue que la gente no esperaba que fuera tan buena como lo soy porque soy de México. Creo que no es por ser mexicana, sino porque no conocen a México como un país donde se juegue voleibol. Dicen México y piensan en futbol. Bueno, pues también jugamos voleibol.
SRN