Las jugadoras que compiten en la Olimpiada Comunitaria se mostraron muy orgullosas de continuar con la tradición familiar en este deporte, y también buscan inculcar a sus hijos a que sean la próxima generación de beisbolistas o softbolistas.
“Soy la sexta generación de mi familia que juega, de hecho, mi hijo también juega beisbol desde hace un año y medio. Tengo un hermano y solo era conocida por él, y no por mi trayectoria, pero ahora llevo cinco temporadas como líder de ponches y me han hablado para jugar en varios equipos. Fui a un Nacional, el cual fue un parteaguas, ya que nunca me metieron, y desde ahí me propuse ser alguien”, declaró Elidicia Osornio, quien pertenece al equipo de Guerreras.
Berenice Rodríguez, a su vez, busca seguir los mismos pasos de su padre, quien fue beisbolista profesional.
“Cuando entro al campo me da mucha nostalgia porque juego por mi papá y quiero demostrarle que sí se puede. Se llama Héctor Iturbe, jugó con Tigres, y está retirado por una lesión en la rodilla. Esta Olimpiada me da la oportunidad de seguir jugando, y se me hace muy importante que a las mujeres nos den ciertas competencias", mencionó Rodríguez.
En el caso de Mayra Pedraza, dice que empezó un poco tarde la práctica del softbol, pero aun así busca aprovechar cualquier evento para estar en el diamante y divertirse.
“Empecé a los 18 años, y ya llevo 10 años jugando. Mi abuelo jugó con Pericos de Puebla, mi papá con Piratas de Pittsburgh y mi tío con Bravos de Atlanta, y quiero seguir la tradición aunque sea la única mujer que juega softbol", señaló.
RGS