Soraya Jiménez cumple hoy 10 años de haber fallecido y la halterista siempre será recordada como la primera mujer que le dio a México un oro en Juegos Olímpicos, y la edición donde hizo historia fue en la justa celebrada en Sídney 2000.
Soraya se dedicó a esta disciplina por obra de la casualidad, debido a que la mandaron al gimnasio para equilibrar el tema de su estatura cuando practicaba basquetbol, por lo que al realizar pesas comenzó ese amor a esa disciplina y ahí finalmente se quedó.
“Siempre me gustó el deporte. Mi hermana y yo siempre nos la pasábamos haciendo algo. Nos comenzaron a llar a la selección infantil y juvenil de basquetbol, y ahí fue donde me mandaron a mi al gimnasio, ya que me indicaron que era chica de estatura y que necesitaban que me fortaleciera para que no me pegarán tanto, y así a los 11 años comenzó mi historia en las pesas”, dijo Jiménez.
Y al estar bajo el mando del entrenador Ignacio Fuentes, el coach le invitó a hacer pesas en la modalidad olímpica y comenzó a probar.
“Yo no conocía este deporte. Pero bien, me dije. Vamos a probar, y Fuentes me comenzó a meter ejercicios, ejercicios y ejercicios, hasta que me dijo ‘Hay una competencia nacional juvenil’ ¿Te interesa?, y yo ya de trece años, acepté”, mencionó.
La primera competencia de Soraya fue en ese nacional donde logró el segundo sitio, después en otro torneo se quedó con el primer lugar, por lo que decidió enfocarse en la halterofilia, y finalmente en 1994 estuvo en su primer evento internacional.
“A esa competencia que fue la Copa Norceca en Colorado Springs no tuve apoyo para competir ya que la federación me indicó que solo me daban el aval, y mi padre fue quien me apoyó para asistir a ese certamen. Obtuve el tercer lugar y me encantó el hecho de subir al podio en otro país, por lo que me sentí realizada, y desde ahí me comencé a trazar metas”, señaló.
DAO