Suspenden Corrida Charro Taurina en la Plaza México por lluvia

La primera corrida de "Donde la CDMX Celebra su Pasión" de la Plaza México quedó suspendida por el clima

Suspenden Corrida Charro Taurina en la Plaza México por lluvia (Jorge Matchain)
Octavio X. Lagunes
Ciudad de México /

Corrida Charro Taurina que fue suspendida por tremendo diluvio. Tláloc nos resultó taurino. El Juez Enrique Braun desborda ignorancia. Permitió la lidia de un toro despitorrado a pesar de los reclamos populares, e incluso con ese toro autorizó que se confirmara una alternativa; y también cambió el tercio del cuarto toro sin haberse banderilleado.

Ganado de San Marcos proveniente de San Mateo. El encaste mexicano, criados por Nacho García Villaseñor en Jalisco. 1º repetitivo 2º despitorrado, que debió haberse devuelto 3º Desarrollo sentido 4º Inicio noble y cambió de lidia. 5° y 6° no fueron lidiados.

Abrió plaza el yucateco Cuauhtémoc Ayala, rejoneador charro que tuvo una actuación muy revolucionada toreando bien a caballo, pero demasiado acelerado. Muy posiblemente por el nerviosismo que transmitió. No sabía en qué plaza estaba que hasta música pidió. Falló varias veces con el estoque. Poca disposición para usar la espada corta. Pitos. No gustó en esta plaza. Se salió al tercio a saludar y lo regresaron.

Confirmo alternativa el zacatecano Luis Ignacio Escobedo con un toro que se le movía el pitón y debió ser sustituido. Pasó desapercibida su actuación.

En tercer lugar, se presentó Pepe Murillo hijo quien pasó las Caín ante un astado que le hizo ver su suerte. Pegó un buen quite por gaoneras. Lo trajo por los aires en varias ocasiones hasta que le dio una certera cornada a la hora de entrar a matar que afortunadamente no fue grave. Merece repetir en mejores condiciones.

El cuarto espada fue para el capitalino Juan Luis Silis. De manera inédita se cambió el segundo tercio sin haber banderilleado al toro. Silis logró ligar algunos buenos muletazos, pero el toro cambio de lidia y ya no pasó a más. El ruedo estaba hecho un lodazal que era impropio para la lidia de toros, por lo que, atinadamente fue suspendido el festejo.

Acertada la decisión de dar los festejos a la una de la tarde, pues en esta Ciudad que antiguamente era un lago, es inevitable las lluvias vespertinas. Solo Tláloc se divirtió. Todos salimos tristes y empapados.



MGC


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