El 20 de agosto de 2008 es una fecha que Guillermo Pérez nunca olvidará. Ese día logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín, y con ello demostró que era el indicado para competir en esa justa, luego de los obstáculos que pasó para ser considerado en su categoría.
“Para mí son momentos inolvidables que tuve la oportunidad de vivir, sobre todo tener la posibilidad de representar a mi país en un evento importante como los Juegos Olímpicos; al paso del tiempo te das cuenta que es algo muy trascendental para toda mi vida deportiva; entonces, para mí fue algo inolvidable estar en lo más alto del podio. Algo con lo que me quedo es con la oportunidad de escuchar un himno nacional, es algo que llevo guardado en mi corazón”, cuenta.
En el 2000, Guillermo Pérez llegó al equipo nacional, aunque inició desde abajo, apoyando a los taekwondoínes ya consagrados, haciendo la función de sparring. “Estaba verde en mi nivel y me tocó ayudar un poco a Víctor Estrada y al equipo que capitaneaba en ese momento, y recuerdo que le ayudaba a detener el dummy y ponerse el peto para ayudar a Agueda Pérez”.
El despegue
Para el siguiente ciclo olímpico, Guillermo tuvo en el 2007 un ascenso en su carrera deportiva y la oportunidad de buscar la plaza olímpica para México, la cual obtuvo y después defendió ante Óscar Salazar, quien había ganado la plata en Atenas 2004.
“Recuerdo que fue uno de los procesos más importantes que se vivieron en esa etapa, y el cual también fue complicado con deportistas de alto nivel mundial, como Óscar Salazar que era medallista olímpico; sabíamos que debíamos disputar ese lugar con personas de esa talla, pero finalmente se pudo salir adelante y esa adversidad me ayudó a llegar fuerte a mi última etapa y poder consumar mi sueño de estar en Olímpicos”, mencionó Pérez, quien para el 2007 logró la plata en el Mundial de Pekín y logró la plaza en el preolímpico de Cali.
El 20 de agosto llegó el momento más importante de la carrera de Pérez, quien antes de entrar al estadio se encontró al dominicano Gabriel Mercedes.
“Recuerdo que llegué temprano y me encontré con él; me dirigí a ver la gráfica y nos tocó de lado opuesto, y le dije ‘nos encontraremos en la final, échale ganas y la medalla de oro se quedará para Latinoamérica’, así que al final llegamos a esa disputa por el oro los dos y sin duda alguna confiaba en que se podría dar ese combate. Tenía la confianza de que le podía ganar sin ningún problema a Gabriel, ya que lo acababa de vencer en el preolímpico, así que pensé que este momento era para mí y todo se estaba acomodando para que yo ganara”.
El camino al oro
En la jornada de competencia tuvo como primer rival al inglés Michael Harvey, a quien venció en punto de oro. En cuartos de final eliminó afgano Rohullah Nikpai por 2-1, y después en la semifinal derrotó 3-1 a Chutchawal Khawlaor de Tailandia.
En la final se cumplió el pronóstico y enfrentó a Gabriel Mercedes; el combate terminó 1-1 en los tres rounds reglamentarios. En el punto de oro se mantuvo el empate, por lo que los jueces intervinieron para fallar a favor de Pérez.
“Fue algo indescriptible subir a lo más alto del podio y cada vez que tengo la oportunidad de revivirlo y recordarlo es algo inolvidable. Cada que llegan los olímpicos lo que más me llena de ilusión es que algún mexicano pueda lograr eso, lo cual se queda marcado para toda la vida”.
Después del oro, Guillermo tuvo que luchar con distintas adversidades en el ciclo olímpico rumbo a Londres 2012, y las cuales ya no le permitieron llegar a esa justa olímpica y defender su título.
“Desafortunadamente no tuve el respaldo de la federación, y en el último selectivo que participé, en febrero del 2012, tenía una lesión; no se me respetó y me hicieron combatir así, por si fuera poco se dio el cambio a los petos electrónicos, y todo eso llegó a afectar muchísimo mi desempeño; todo eso vino a mermar mi rendimiento dentro de las competencias, sobre todo internas”, dijo Pérez.
Tras quedarse en la semifinal de ese selectivo nacional, Guillermo decidió decirle adiós a su carrera deportiva, y así comenzar con otros sueños.
“Me quedé satisfecho cuando terminé con mi carrera deportiva porque después de Olímpicos me fui tranquilo y contento con lo que hice, siempre mantuve mi nivel en competencias internacionales. Tras retirarse inicié con otro proceso como crear mi escuela, ser entrenador y terminar mi universidad”.