Este fin de semana la grama del St. Andrews se le negó a Tiger Woods, quien tuvo que terminar con su participación antes, al no pasar el corte. Era una edición especial, la 150 del British Open y el triunfo quedó en manos de Cameron Smith.
Pero la imagen de la leyenda de 46 años tratando de contener las lágrimas mientras caminaba por el fairway del última bandera, se sintió casi como una despedida. Los fanáticos le regalaron una gran ovación y no pudo más, comenzó a llorar.
El golfista sufrió un aparatoso accidente en el 2021 – en el que estuvo a punto de perder la pierna derecha – que casi lo condena a despedirse sin decir adiós y contra todos los pronósticos, Tiger Woods regresó a un campo de golf y aunque ya no es lo mismo, pareciera que el veterano comenzó con el camino de despedirse a su manera y bajo sus condiciones.
Tras esos 36 hoyos y ese 9 arriba de par, el golfista de California - quien es el segundo con más Majors en la historia - explicó en la rueda de prensa por qué las emociones se apoderaron de él:
“No sé si podré jugar físicamente otro Abierto Británico aquí en St. Andrews”, compartió el golfista de 46 años. “Ciertamente siento que podré jugar más Abiertos Británicos. Pero no sé si estaré presente cuando vuelva por aquí...Entonces, la calidez y la ovación en el hoyo 18, me afectaron”, confesó.
El British Open no regresará a St. Andrews hasta 2030 por lo que Woods tendrá entonces 54 años y luce un panorama más complicado.
A pesar de que sus movimientos ya no tienen la soltura que solía, Tiger recalcó que aún no pretende retirarse, pero a pesar de que el dolor se hace presente y – aunque pone buena cara – se hizo evidente que si tuvo complicaciones en un campo tan plano como el de Escocia para los siguientes Grandes será una cuesta mucho más grande que escalar.
EM