Una cornada, amputación de pierna y covid-19, pero Jorge Mata sigue de pie

El matador de toros en retiro, Jorge Mata, se adapta con resultados positivos frente a situaciones adversas.

Torero retirado Jorge Mata. (Martín Piña)
Luis Salcedo Cassio
Torreón, Coahuila /

La resiliencia es la capacidad para adaptarse con resultados positivos frente a situaciones adversas, una palabra que sin duda, define el andar en este mundo del matador de toros en retiro, Jorge Mata, quien se ha sobrepuesto a pruebas que le ha puesto la vida, desde una cornada casi mortal, pasando por un doloroso divorcio, la amputación de una pierna y ahora hasta covid-19.

De eso y otras cosas, se ha levantado para seguir siendo una persona laboralmente activa y siempre enfrentado los nuevos retos con mucho optimismo y ganas de seguir trascendiendo.

Dejar huella y ejemplo en los suyos y regresarle a la sociedad algo, un poco, de lo mucho que le ha dado, como torero, como persona y ahora, como empresario de eventos de entretenimiento.

Sus sueños se fueron cumpliendo, todo era color de rosa, la gente lo adoraba y él hacía magia en el ruedo, pero hubo momentos en los cuales el cielo se nubló y vinieron tormentas personales que lo afectaron, pero resurgió como el ave fénix.

Compartió que uno de sus sueños fue surcar el cielo, no precisamente volando por los aires después de una cornada, si no a bordo de un avión. Jorge pensó primero en ser piloto aviador que torero, pero al final, el corazón y los sentimientos triunfaron.

¿Sabías que querías ser desde niño, además de los toros?

“Yo quería ser piloto aviador y cuando terminé mi secundaria en la Federal 1, presenté mi examen en la zona militar de aquí en Torreón para ir a Zapopan y sí fui elegido, y cuando me mandaron hablar para irme para allá, fue cuando prácticamente hubo que decidir si quería ser piloto o torero y se dio cuando iba a debutar como novillero y la verdad mi pasión desde niño siempre fueron los toros”.

¿Qué dijo la patrona con aquel asunto de los toros?

“Platiqué con mi mamá y me dijo que era una carrera muy difícil, no sabía ella de toros pero por lo que había escuchado, era una carrera donde podría perder la vida. También de piloto hay riesgo, pero hay mucho más en un ruedo que en un avión. Me incliné por mi pasión que son los toros, eso me llevó a ir conociendo a Arturo Gilio y me fue apadrinando y lo demás, es historia”.

¿Cómo es la amistad con el matador Gilio?

“Más que nada es una hermandad, no tanto un amigo, él en los 28 años que llevamos de conocernos, de amistad ininterrumpida, ya lo veo como un hermano, más que como un amigo. Llevamos relación de trabajo, amistad, compañeros, colegas, viví muchos momentos a su lado, buenos y malos, dos cornadas muy graves que le pegaron a Arturo, y en los momentos felices y tristes ahí ha estado él, en el nacimiento de mis hijos, yo en el de los suyos, en el de Arturito, que ahorita es una promesa del toreo, y él es padrino de uno de mis hijos. Siempre me apoyó, desde la alternativa hasta que me retiré de las corridas de toros, luego del percance en Tabasco, es como el hermano mayor que nunca tuve, es mi carnal”.

¿Qué tal torear en la México?

“Tres novilladas en España, una en la México y una en Lima. Yo debuté el 3 de septiembre del 2000 en la México, fue un debut bonito por las sensaciones que sentí, al llegar a ese túnel, fue un sueño que se me cumplió, de muy niño recuerdo que estuve ahí y yo le juré a mi papá que un día iba a torear en esa plaza, se mofó de mi porque yo era un niño. Cuando de novillero me rolaron en la plaza México, saliendo del hotel rumbo a la plaza, veníamos en el elevador, él venía muy nervioso y le recordé ese momento, “te acuerdas que algún día yo iba a torear aquí y tu ibas a estar en primera fila”, y así fue, él estuvo ahí junto a mi abuelo Don Roberto, no corté oreja, por la misma inexperiencia, pero no me llevé malas críticas, por el contrario.”.

¿Qué recuerdos te trae el 24 de febrero de 2008?

“Esa cornada marcó mi vida para siempre, el toro de nombre “Chorote”, que le pusieron así por una bebida local, el astado me pegó una cornada muy grave, en ese cartel junto a Pablo Hermoso y mi padrino de alternativa, Manolo Mejía”.

¿Presentías algo antes de ir a Tabasco?

“Sentí muchas cosas antes de esa corrida, cosas raras, un día antes se me estaba pasando el vuelo en México y mi conexión de Torreón a Villahermosa se me estaba yendo. Llegué el sábado a la puerta del avión y les lloré y les imploré que me dejaran entrar, porque esa corrida era muy importante porque empezaba el año taurino y Pablo empezaba su temporada por el sur y luego se venía para el norte y Arturo había hablado con Pablo para que me rolaran en algunas corridas con él, porque para un rejoneador es importante que inicie primero el torero de a pie y luego el rejoneo. Mi intención era torear unas seis o siete corridas, para ver sí podía confirmar mi alternativa en la México. Me les puse de rodillas casi casi, a las sobrecargos para que me dejaran entrar al avión y al final agarré ese vuelo a Villahermosa”.

¿Te salvó la fe?

“Fueron la fe, las ganas que le puse a esa ambulancia con la pierna partida a la mitad, con la femoral perforada, hay una vena que va directo al corazón, iba desangrándome, entonces creo que fue la fe, fue el aferrarme a la vida, pensé mucho en mis hijos, Diego y Andrés, le pedí mucho a Dios que no me dejara morir y desperté a los tres días conectado a un respirador, tres días en coma, pero agradecido con el de arriba de poder estar aquí ahorita después de esa experiencia”.

¿Fue doloroso dejar el toreo?

“Un mal recuerdo, me tuve que retirar, sabía que mi pierna ya no iba a quedar bien y no iba a poder seguir toreando, fueron momentos terribles, un mal sueño. Pero hubo otros también buenos, después que me apunte en 2014, en 2016 regresé a un ruedo, enfrentando a un novillo de casi 400 kilos, soy el único torero en el mundo que haya lidiado a un novillo con prótesis robótica y eso lo convertí a mi favor, y fue precisamente también alternando con Pablo Hermoso, le brindé el toro a él y a mis hijos”.

¿Cómo le regresaste a la sociedad lo que dio por ti?

“Estuve bendecido, me amputaron y mucha gente me ayudó, empresarios laguneros me echaron su mano para tener mi prótesis, una que no era barata, me reactivé a la vida laboral y tuve ciertos retos como donarle una prótesis a un niño que la necesitada, un perro pitbull le había arrancado su extremidad, Multimedios nos hizo el pavor de contactarnos con el niño y su mamá, luego vinieron otros retos, ayudar a quienes no tienen los medios, devolverle un poquito a la sociedad lo que me ha dado”.

AARP

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