'Los cuates' López, exboxeadores deleitan a los laguneros con sus gorditas

"Para todo mal, físico y metal, las Gorditas de Pascual, si hay otras, no son igual", ese es el lema de las gorditas de canasta, ubicadas sobre Ramón Corona,entre Morelos y Matamoros.

Además de su gran parecido físico, son unos personajes "dicharacheros". (Rolando Riestra)
Luis Salcedo Cassio
Torreón, Coahuila. /

"Para todo mal, físico y metal, las Gorditas de Pascual, si hay otras, no son igual", ese es el lema de las tradicionales gorditas de canasta de "Los Pascualitos", personajes ampliamente conocidos en La Laguna, boxeadores aguerridos, loncheros y bohemios de corazón, sin duda, un orgullo de la ciudad de Torreón por su gran sazón y su "punch" en en el ensogado, ese que hicieron vibrar en la década de los 80 hasta principios de los 90.

"Los Cuates" López o "Los Pascualitos", como se les conoce, son hijos del matrimonio conformado por el señor Pascual López y la señora María Trinidad Ibarra, ellos nacieron un 14 de abril de 1960, nació primero Raúl y a los 15 minutos Jesús.

Además de su gran parecido físico, son unos personajes "dicharacheros", amables y que siempre tienen tema de conversación o bromean con sus clientes que los visitan en sus puestos de gorditas.

Raúl se ubica como desde hace poco más de 40 años, sobre la calle Ramón Corona entre las calles Morelos y Matamoros, Jesús unas cuadras adelante, en la Ramón Corona y Abasolo, atrás de la presidencia de Torreón.

Apenas se podía platicar con Raúl, pues de diez personas que pasaban por la calle, nueve lo saludaban.

Con orgullo Raúl platicó cómo fueron los inicios de los dos hermanos, desde su etapa como bohemios, donde tocaban la guitarra y cantaban para comensales del bar "El Tecolote" que se ubicada en la Morelos entre Treviño y Ramón Corona, "cuando estábamos chavos", dijo Raúl.

Ahí no faltaba quien se las hiciera "de gacha" y eran buenos para el "trompo", por tal motivo y para defenderse mejor, cuenta "El Cuate" Raúl, le pagaron tres meses por adelantado para que los entrenara al reconocido boxeador en ese entonces, Sigfrido Rodríguez, quien falleció hace dos años por cierto.

"Cantábamos en el Tecolote, en ese entonces conocimos a Sigfrido Rodríguez. Nunca faltaba el cliente o varios, que llegaban tomados, te gritaban de cosas o te agredían y pues mi hermano y yo nos defendíamos. Para llevarla de ganar le dijimos a Sigfrido que nos entrenara, le pagamos tres meses por adelantado para que nos enseñara y creo que nos vio cualidades y nos propuso debutar como profesionales y los catorrazos "ingren" y entrenamos seis meses más para poder debutar, nuestra primera pelea de paga fue en Matamoros", recordó Raúl, quien añadió que entrenaban en el Gimnasio del señor Lesprón, que se ubicaba entre Morelos y Juárez por la Juan Antonio de la Fuente.

¿Cómo fue el debut de "Los Cuates" López?

Fue en Matamoros en 1980, yo contra un pupilo de Tito Reyes, era de Gómez, iniciamos con el pie derecho los dos, mu hermano y yo ganamos. Tuve 12 o 13 peleas invicto.

¿Luego de debut qué vino?

Viajar, buscar pelear fuera, fuimos a Monterrey y San Pedro, después empezamos a pelear más seguido en Torreón, empezamos a figurar y a ir subiendo de escalones, empezamos en 4 rounds, y subimos hasta llegar a peleas estrella.

¿Tu pelea más significativa Raúl?

"Fue con el hermano de Lupe Pintor, le llamaban "El Brochas" Pintor, un peleador muy duro, perdí por cierto, él ya tenía mucha experiencia a nivel internacional, él era el sparring de su hermano y peleó en Japón, pero recuerdo que fue nombrada la pelea del año en Torreón, allá por 1984"

¿Siguieron los combates?

"Peleamos en quince días en una arena que era del "Copete" Guajardo, un luchador, la inauguramos y con un triunfo contra un peleador muy entrón y fajador, pero tuve suerte de noquear, él fue Armando castro, quien después fue campeón mundial"

¿Vivir del boxeo?

No, jamás viví del boxeo, pero me dejó grandes vivencias, enseñanzas, historias. La gente nos conoce, pasan los años y siguen recordándonos. Estas gorditas tienen desde 1957, mi padre y mi madre, luego le seguimos nosotros y la gente donde lo ve a uno, lo saluda. Conocí el mar hasta que fui a pelear a Ciudad Madero en Tamaulipas, me subí a un avión por primera vez hasta que fue a pelear a San Antonio, Texas, son pequeñas satisfacciones que te llenan, el box es un deporte exigente pero te forma en ti carácter y logre hacer mi casita con eso y un carrito y ya, es todo.

¿Fue una gran camada esos peleadores de los 70 y 80?

Claro que sí, el propio Sigfrido, "El Petrolero" Macías, Vicente Mijares, el tío de Cristian; Los hermanos Rojas, el Gallito Juárez, ellos sentaron las bases para lo que surgió en el ámbito lagunero.

¿Extrañas los catorrazos?

Claro que sí, pero uno ya está grande, de repente se pone uno a entrenar pero tranquilón.

¿No te nació el entrenar a los chavos?

Por supuesto, me ofrecieron un gimnasio, pero me retiré porque mis chavos estaban chicos, y había que sacarlos adelante y el boxeo exige mucho en cuanto a tiempo y me dediqué a trabajar para sacar adelante a la familia.

¿Aún sigues dentro del boxeo de alguna manera?

Soy referee, de repente juez, multifuncional, con la comisión de box, tratando de ser útiles.

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