Esto va más allá de la tradición e historia, pues si se busca describir al Tour de France tenemos que agregar en los adjetivos calificativos la palabra brutal. A falta de la competencia reina de ciclismo que se había programado para iniciar sus 21 etapas el 27 de junio, pero que debido a la pandemia lo recorrieron al 29 de agosto, aquí desglosamos el particular ADN que tiene esta prueba, la más difícil en el mundo.
Su historia se remonta a 1903 cuando el editor del periódico L’Auto creó una carrera de más de 2,400 km por 19 días en un desesperado intento por vender más ejemplares. El éxito fue inmediato y desde entonces no solo creció en popularidad, también pasó a ser un recorrido de 3,500 km. Se ha convertido en un elemento importante de la cultura francesa y cada año el idear la ruta consume tiempo del director que recibe miles de letras de distintos pueblos del país que quieren que la carrera pase por ahí. Claro que para eso deben invertir desde 50 mil euros a más de 100 mil.
21 etapas en donde se enfrentan a todo tipo de camino y climas. No solo se trata de entender las correctas estrategias para la montaña por ejemplo, también saber como funciona el viento, la gravedad. Es potencia, resistencia, velocidad, fuerza mental y tecnología. Las otras competencias como la Vuelta a España y el Giro d’Italia también con una gran historia pasan a ser subsidiarias y solo se ven como preparación para el Tour. Si se pierde en Francia, en automático los ciclistas empiezan a pensar en la siguiente temporada aunque aún tengan en el calendario las Grandes Vueltas.
Otro factor que ha ayudado a crecer al Tour es la fecha en que se disputa, el gran evento deportivo del verano cuando ya las ligas de futbol han terminado y las pistas para esquiar están cerradas. Las posibilidades que más televidentes la sigan crece y esto a su vez es parte de lo que la hace una empresa tan rentable. Se estima que para contar con un equipo competitivo se necesita una inversión anual de 2.5 mdd. El único ámbito negativo en los últimos años ha sido la mancha que ha provocado el dopaje de tantas estrellas.
La edición de 2019 es una de las mejores que se recuerda en los últimos tiempos. No hubo favoritos previo al inicio, hubo sorpresas, remontadas, no dominó ningún equipo, hubo un local, un francés que pudo disfrutar del jersey amarillo que se le da al ganador de cada etapa, desastres naturales y por supuesto Egan Bernal, el ganador más joven desde 1909 con 22 años y primer latinoamericano en conseguirlo. La bolsa económica para esta edición No. 106 en la historia fue de 2.3 mdd de los cuales 500 mil fueron para el campeón.
JMRS