Fue cuestión de horas para que toda la zona donde Miguel García solía entrenar quedara devastada. La madrugada del 25 de octubre, la avenida Costera Miguel Alemán, donde el triatleta suele correr y pedalear, se llenó palmeras caídas, postes, vidrios, laminas y un sinfín de objetos que el implacable huracán Otis arrastró sin miramientos.
“Ha sido muy complicado desde la noche en que azotó el huracán, el ver cómo volaba todo, las laminas de la casa de mi mamá, las de los vecinos, las palmeras, los postes y después el salir al día siguiente a la calle y comprobar el caos que dejó; todo estaba destruido, no se podía caminar y fue muy impactante porque yo estoy acostumbrado al Acapulco feliz, el Acapulco de turismo, así que ha sido muy complicado desde entonces”, plática Miguel García a MILENIO-La Afición.
Incluso, a Miguel le tocó la parte aún más cruda y complicada de tener que identificar a uno de sus familiares como parte de la lista de las personas que lamentablemente perdieron la vida.
“Yo entrenaba todos los días en la Costera, apenas ahorita ha vuelto a ser transitable, pero quedó muy feo, con cosas tiradas en todas partes, vidrios, palmas, todo destruido; ha sido una destrucción como de película, a mí me tocó ir a identificar a uno de mis familiares que falleció en la zona alta de Acapulco”.
Una pausa al deporte
En el medio se le conoce como Ironmike y es uno de los triatletas más destacados que tiene el puerto de Acapulco en estos momentos. En la World Triathlon tiene registrado cinco competencias en las que ha logrado dos podios: un segundo lugar en el Campeonato Iberoamericano de la Habana, y también otra medalla de plata en el Campeonato Mundial de Triatlón Sprint Montreal 2022, en la categoría de 25 a 29 años. Además, ya cuenta con su certificado como entrenador.
En estos días ha guardado el equipo para correr y la bicicleta la ha ocupado para transportar cosas de primera necesidad. Miguel sabe que lo más importante en estos momentos es que Acapulco se vaya recuperando y para eso tiene que trabajar en equipo, aprovechar al máximo su resistencia física para avanzar en los trabajos de limpieza.
“La parte deportiva ha pasado a segundo plano en estos momentos. He podido utilizar las cualidades que Dios me dio, pues es el aguantar, tener una buena condición física para ayudar a los demás; he estado en las brigadas de limpieza, es el poner un granito de arena, también como entrenador he estado ayudando a la gente para que aguante un poco más con el cansancio, el sol, con el ajetreo, nos motivamos”.
Como si fuera una de las pruebas de resistencia en las que suele competir en el Triatlón, Miguel sabe que es momento de resistir y luchar por salir. “Más adelante podremos tomar la parte deportiva. Hay prioridades y ahora es sacar a nuestro puerto adelante para volver a la normalidad, y entrenar como antes. Es una lucha contra el calor, el cansancio, la deshidratación, el trabajar con las ramas, ha sido complicado, pero sabemos que debemos trabajar por nuestro Acapulco”.
Y es que Miguel tiene claro que, además del centro turístico que ha sido históricamente Acapulco, también es un punto deportivo muy importante para el país. “Acapulco siempre ha sido un referente de turismo deportivo, tenemos triatlones, maratones, eventos de natación, tenemos carreras, competencias de ciclismo; hemos tenido también eventos internacionales como el Abierto de Tenis, las competencias de aguas abiertas. Así que espero que pronto podamos recuperar esa parte”.
Una tierra con orgullo
Más allá de la tragedia que representó Otis, Miguel García se queda con las muestras de solidaridad que han surgido entre los acapulqueños, así como la ayuda que ha llegado por parte de la gente de otros estados y de los tres niveles de gobierno. Para él es un orgullo ser del puerto y demostrar que siguen en pie.
“Para mí es un orgullo pertenecer a Acapulco. El acapulqueño es solidario, es hogareño, humilde; el acapulqueño comparte todo lo que tiene y es una persona muy servicial, eso es lo que nos caracteriza y eso es lo que significa para mí. Es un orgullo poder representar a mi hermoso puerto. Con todo esto se ve cómo podemos trabajar en equipo, la gente, el gobierno, las universidades, las iglesias… hoy todos estamos trabajando unidos; la gente de Acapulco es solidaria y trabajadora. Así somos los acapulqueños, nunca nos rendimos tan fácilmente”.
Miguel García concluye la charla e invita que la gente se anime a regresar al puerto en fin de año. Él cree que para dentro de mes y medio ya estarán de pie nuevamente. “Sé que será difícil, pero no es imposible”.