Legacy Fighting Alliance se mantiene como una de las promotoras que exportan más talento al UFC, el máximo nivel de artes marciales mixtas y la promotora hoy tiene a un campeón mexicano en las 125 libras, Víctor Altamirano.
El Magnifico Altamirano se coronó en la división mosca con una sólida exhibición ante Nate Richardson y se convirtió en el segundo nacido en México poseedor del cetro de esa categoría en LFA. Después de Brandon Moreno, que lo consiguió en 2019 en su única pelea bajo el membrete.
También la monarca de las 115 libras femeniles, Guadalupe Loopy Godínez (orignaria de Aguascalientes) se ostenta con el cinturón actualmente.
El peleador, radicado en la zona de Forth Worth, Texas está orgulloso de ser originario de la ciudad de México, a la que tuvo que dejar a los 21 años, por un accidente de trabajo ocurrido a su padre: “Mi papá estaba construyendo una casa en la Ciudad de México, porque vivíamos con mis abuelos. Fue cuando se vino a Estados Unidos para mandar más dinero, entró a trabajar de electricista, y como en México el estaba acostumbrado a que todo era de concreto y acá no, entonces pisó mal y se cayó dos pisos”, relató a La Afición.
Aunque él no estaba consciente de la situación pues tenía nueve años y su hermana menor cuatro, tuvieron que mudarse a Texas.
“Aún después de las cirugías el tuvo que pasar varios meses en recuperación: Mi mamá, mi hermana y yo llegamos con una visa humanitaria porque no tenía quien lo cuidara. Entramos a la escuela, comenzamos una nueva vida y ahí retomé las artes marciales mixtas, ya las había practicado en México y acá desde los 12 años no lo he dejado”
Altamirano comenzó a entrenar taekwondo en la Ciudad de México y en Texas encontró un territorio fértil para seguirte desarrollando en esa disciplina, hasta que cuando llegó a la universidad, donde a la par del estudio de lingüística, entró al mundo de las MMA: “Mi coach, Juan Tatum había sido profesional y en su gimnasio había gente que entrenaba jiujitsu, muay thai y otras disciplinas”.
Ante la situación migratoria, Víctor y su familia vivieron complicaciones en todos los ámbitos, pero las artes marciales fueron la única puerta que nunca se cerró:
“Cuando fui creciendo me di cuenta de que yo no podía hacer las cosas que hacían mis amigos, podía ir a la escuela, pero cuando cumplí 16 no pude sacar mi licencia para conducir ni podía tomar un trabajo a los 18. Lo tuve que hacer por debajo de la mesa, me di cuenta que sino cambiaba me iba a quedar atorado con muy pocas opciones. Pero en el deporte fue el único lugar donde pude avanzar, nunca me pidieron documentos, la única barrera era si yo era apto para participar, yo quería algo más, quería algo grande. Dije voy a buscarlo por el deporte, me ofrecieron mejores trabajos, pero yo no quería abandonar lo que a mí no me abandonó, que fue el deporte”, explicó.
Con 30 años de edad su esposa embarazada y con uno de los cinturones más respetados en las promociones locales de Estados Unidos, sabe que es el punto de quiebre, dar el salto a las grandes ligas o dedicar su vida a un trabajo que pueda respaldar a su familia.
“Tengo una gran pasión por este deporte, pero ya no lo puedo hacer por muchos años. A menos que llegue al UFC y me paguen más y me pueda dedicar al cien por ciento a eso, más ahora que mi esposa está embarazada y vamos a ser papás en julio. Yo nunca voy a dejar de hacerlo por el gusto, pero tengo una obligación con mi familia y con la UFC es la mejor forma”, considera el mexicano.
Desde que comenzó la pandemia, los debuts en el UFC han sido diferentes, muchos peleadores han tenido que entrar de última hora ante exámenes positivos o problemas de viaje y sabe que podría ser su caso.
“Yo estoy listo, no tomé mucho daño, si me llaman mañana podría dar el peso y me gustaría pelear por el UFC. LFA me ha dado grandes oportunidades, estoy muy agradecido y si me piden que defienda el cinturón lo haré también”, compartió Altamirano.
El Magnifico se coronó en el evento 100 de LFA, promoción en la que tiene sus nueve victorias como profesional. Sólo fue derrotado en el 2009 por el ex UFC Jarred Brooks.
SFRM