“Me da mucho más miedo fracasar que una cornada del toro”: Eloy Cavazos

Entrevista

Oriundo de Guadalupe, Eloy Cavazos es, junto con Manolo Martínez, la leyenda más grande de la tauromaquia en Nuevo León; en esta entrevista, recordó su trayectoria desde que jugaba a torear en la Plaza de Guadalupe...

Eloy Cavazos (Mexsport)
Héctor Benavides
Monterrey /


El 31 de agosto de 1976, tres días después de haber cumplido 10 años como matador de toros, Eloy Cavazos nos recibió en su casa de las calles Monterrey y Anáhuac, colonia Libertad, en el municipio de Guadalupe.

Enseguida, parte de lo que platicamos.

¿Cuántas corridas, Eloy? ¿cuántos toros a lo largo de los últimos diez años?

He toreado más o menos unas 750 corridas y toros no podría decirte, pues muchas veces he toreado corridas en las que el capote me ha ganado dos toros y no he podido matar ni un toro, pero sí calculo que pasa de mil toros.

Muy cerca de aquí está la Plaza de Guadalupe, en donde me dicen que tú llegabas, ahí cuando eras niño y hacías toreo de salón…

Sí, era cuando cuidábamos la Plaza de Toros. A papá le encargaron que cuidara la plaza y antes de las corridas salía yo con una muletita, “toreaba” a mi hermano, le daba unos muletazos, le entraba a “matar”, me sacaba yo unas orejas que traía en la bolsa de atrás y daba vueltas al ruedo. La raza me aventaba cincos y dieces y ahí cooperaban con la causa.

¿Qué edad tenían?

Más o menos unos cinco años.

¿Y qué edad tienes ahora?

27 años.

¿O sea que a los 17 te doctoraste como matador?

Exactamente y fue en la Monumental Monterrey, llevando como padrino a Antonio Velázquez y de testigo a Manolo Martínez, con toros de Mimiahuapan y le corté una oreja al toro de mi alternativa.

En esta entrevista nos acompaña Rafael Báez, apoderado de Eloy Cavazos a lo largo de 12 años.


Don Rafael, queremos platicar…

E.C.: Sí, platica con él. Porque en estos años, él tiene mucho que ver, son 10 años de alternativa en los que él también ha luchado mucho.

Don Rafael, ¿qué le vio usted a Eloy que lo llevó a decidir ser su apoderado?

R.B.: Le vi muchas posibilidades, una inteligencia maternal con el toro –que es muy difícil tener–, aprendía demasiado rápido, desarrollaba muy rápido en el toro, pensaba mucho en la plaza y así nos fuimos encaminando. Yo creo que en la carrera de Eloy, mi participación será de 5 por ciento y de él 95 por ciento.

¿Cornadas, Eloy?

E.C.: Una muy grave que me pegaron en San Luis Potosí, casi todo el vientre y fue una cornada grande, muy grande.

¿Hasta qué punto hay miedo en un torero?, ¿en qué momento se siente más?

E.C.: Todos los toreros sentimos miedo. En lo que a mí (respecta), tengo mucho miedo, pero ya no tanto a las cornadas, sino al fracaso. A mí me da mucho más miedo fracasar que a que me pegue el toro. A mí el miedo me empieza desde una noche antes de la corrida, porque empiezas a pensar cómo irá a salir el toro.

Hay algunos toreros que se enfrentan a los aficionados cuando no les está resultando bien su faena.

Pues sí, algunos sí se lo merecen, pero no lo puedo hacer yo, les he dicho a mis cuates, que es el aficionado a veces, que deja a lo mejor sin llevar a la mujer al cine, o comprarle unos zapatos al niño por irte a ver y luego todavía de paso te vas a enojar con él, pues creo que eso “no aguanta”.

H.B.: Pues suerte, amigo Eloy, y gracias por la entrevista.


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