Para Melina Villalpando, ex jugadora de las Águilas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), entrenadora de niños y coach de la Ibero Puebla, los triunfos la han acompañado en todo momento desde que el baloncesto llegó a su vida, disciplina que conoció a temprana edad y que gracias a su talento, abrió distintas puertas, tanto en el plano personal, como en lo profesional.
Tanto así, que hoy en día rige su modo de vida, pero también sus éxitos aún como jugadora, ello luego de obtener el bronce en el Panamericano de Maxi Basquet para veteranos que hace un par de años se llevó a cabo en Argentina, lo que sin duda fue un aliciente más para continuar con todo lo que tiene por delante, historia que comparte con los lectores de MILENIO Puebla.
¿Cómo surge la pasión por el básquetbol?
“Yo desde pequeña, soy de Guadalajara, como todos los niños de nuestra época, estaba jugando cualquier tipo de deporte, me gustaba hacer ejercicio, tenía hermanos mayores que jugaban básquetbol y jugaba de todo. Comencé en sexto de primaria en atletismo, mi maestro de educación física me invitó a jugar baloncesto, en Mini Basquet porque no se completaba su equipo, como quince días antes me invitó, no sabía las reglas, pero tenía fundamentos, entrené, quedamos en segundo lugar regional, sin embargo el colegio ganador podía elegir a las mejores para la Selección Jalisco y me eligieron”.
En tu etapa con Upaep, ¿qué recuerdas de esa época, de la rivalidad con la Udlap?
“Cuando llegué me llevaba con muchas de la Udlap, con Yanet, con dos amigos como Luis Carlos Cuenca, esa rivalidad que había, que sigue habiendo es en la duela, pero amigos fuera de ella, yo fui a fiestas con ellas, no me arrepiento de haber venido a Upaep”.
¿Al terminar tus estudios, qué siguió para ti?
“Ejercí nueve años la comunicación organizacional y estar en medios, estuve en Kraft que gracias al horario, me ayudó porque daba clases en el Instituto México desde quinto semestre de universidad, después me fui a Telcel, duré siete años, hasta que tuve hijas, por lo que dejé todo, pero duré poco de ama de casa, pues me ofrecieron trabajar en el Colegio Ángeles, a los tres meses me invitan a trabajar en la Escuela de Upaep y ahí empecé a aprender más como coach”.
¿Cómo llegas a dirigir en categoría universitaria?
“Upaep es un monstruo en básquetbol, me empezaron a mandar a clínicas internacionales de Mini Basquet, me comencé a capacitar, me fue gustando más y más, hasta que llegó el reto de la universidad con la Ibero, fui honesta al decirles que no había trabajado con equipos mayores, pero que estaba preparada y me comprometí a crecer con el equipo”.
¿Cómo inicia tu aventura dentro del Maxi Basquet?
“En el 2017 llega el Maxi Basquet a México y veo a mis ex compañeras de Jalisco, con las que jugaba y me dijeron que si quería participar, me explicaron el proceso y dije sí, fue volver renacer la pasión, lo que siempre me gustó, competir contra todas las potencias, fui al Nacional, lo jugamos, llegamos a la final contra Ciudad de México y ganamos, logramos el pase, eso fue en noviembre”.
¿Tu experiencia en el Mundial fue lo que esperabas?
“Al siguiente año nos fuimos al Mundial en Montecatini Terme en Italia, con la selección mayor de 40 y más, si bien entrenamos por nuestra cuenta, nos conocíamos de cuando jugamos de niñas, nos fue muy bien, ganamos algunos juegos, llegamos rankeados en el lugar 23 y subimos al 16”.
¿Cuál fue el proceso para obtener el bronce en el Panamericano?
“Me empezaron a buscar de otros estados para jugar, iba y jugaba, cada estado puede tener dos jugadoras de refuerzo y así fui a donde me invitaban, en los últimos dos años previos a pandemia, jugué para Baja California, en mi categoría de 45 y más, repunté porque sigo en forma, me mantengo, no nos fue muy bien porque acabamos en cuarto lugar, pensé que no iría al Panamericano en Argentina, pero estando de regreso en Puebla me llamaron de Selección como refuerzo de la categoría 40 y más”.
¿Cuál fue tu sentir al conseguir la medalla en Argentina?
“En la semifinal ante Brasil, sentí lo que no había sentido hace muchos años, ese cosquilleo, ese dolor de estómago, Brasil fue campeón, me sentía así, pero fue como magia, estaba nerviosa, pero al momento de concentrarme, de calentar, fue desapareciendo, esa sensación hizo que fuera mi mejor juego, esas ganas de querer jugar, de sentir, súper bien, perdimos. Ya por el tercer lugar contra Argentina no sentí lo mismo, pero fue un digno rival, un marcador muy cerrado”
¿Sientes que has logrado todo lo que has querido, o te faltó algo en el camino?
“He tenido todo lo que he deseado, gracias a Dios, yo sentí que mi vocación por la enseñanza llegó en buen momento, cuando empecé a entrenar niños y niñas, fue mi verdadero logro, me llena, el básquetbol me llena en todo, me gusta entrenar, a mis hijos también, siento que no me quedé con nada, me sigo manteniendo, soy muy competitiva, estoy plena con mi familia, con mi esposo que me apoya, gracias a Dios he logrado lo que querido”, finalizó.
AFM