De Alaska a Torreón; Biker lagunero se alista para concluir su aventura

En entrevista para MILENIO-La Afición, Jorge Gárate relató las experiencias que ha experimentado, el agotamiento y soledad que sintió por momentos.

Motociclista lagunero Jorge Gárate III. (Martín Piña)
Luis Salcedo Cassio
Torreón, Coahuila. /

Después de recorrer más de 23 mil kilómetros en motocicleta de Mazatlán, México hasta Alaska, el motociclista lagunero Jorge Gárate III ya se encuentra en Torreón, donde realizó una pausa de una semana para después seguir con su travesía hasta Cancún, donde concluirá el 5 de agosto su aventura llamada “Norteamérica de Punta a Punta”.

En entrevista para MILENIO-La Afición, Jorge relató las experiencias que ha experimentado, el agotamiento y soledad que sintió por momentos, pero también las satisfacciones, esas que lo hacen seguir su camino y seguir rodando.

“Faltan 2 mil 600 kilómetros más o menos, al día de hoy llevamos 23 mil recorridos La Bolena y yo, salimos desde Mazatlán, Estados Unidos, Canadá, Alaska y estamos de regreso en Torreón. La verdad es que para mí cada día lo disfruto mucho, el objetivo es llegar el 5 de agosto a Cancún, hasta donde está presupuestada la ruta que la llamamos Norteamérica de Punta a Punta”, dijo.

Lagunero por adopción

“Yo soy de Acapulco, mis papás de la Ciudad de México, mis estudios los realice en esas dos ciudades, después tuve la oportunidad de estar en el sistema YMCA, una grata experiencia que me permitió venir a Torreón, una ciudad a la que le estoy muy agradecido, me gusta mucho, su gente es excepcional, puedo decir que soy lagunero por adopción, algo tiene esta tierra que te hace querer quedarte y pertenecer a ella”, comentó orgulloso.

Desde niño sabía que su destino era andar en dos ruedas

“Yo no tenía moto antes de estar en Torreón, desde niño tuve la intención de tener una, no se daban las oportunidades para ser motociclista; me compré la moto, inicié en Torreón con unos cuates que ahora son grandes amigos como Javier Cassio, Chuy Ordaz, El Gabo, Palomito, el señor Calvillo, mi amigo Rony, con ellos empezamos a rodar aquí en la Comarca y sus alrededores, como San Pedro, Mapimí, Parras, ahí despertó en mí el querer ser motociclista”.

La hermandad biker existe y es algo que sólo la experimentan quienes andan en dos ruedas por las carreteras de México y más allá.

“Muchos hablamos de hermandad, es una evolución, primero estás con la gente que sales a cotorrear el jueves, con los del domingo, con el que te encuentras en todos los eventos, luego te unes a un grupo y eso va de a poco. La hermandad motociclista en el mundo existe, aquí en América donde he rodado existe, cuando ven a un biker que necesita algo se paran y te ayudan”, aseveró.

El ser biker es algo universal

“El motociclismo de Estados Unidos al de aquí es muy diferente, cuando tienes una falla el 80 por ciento te ayuda, ahí sí es similar las cosas entre un país y otro”.

Relató que en su ruta hubo momentos de soledad e incertidumbre, pero las hermandad biker lo sacó a flote.

“A veces te dan ganas de parar, piensas: qué hago aquí pudiendo estar en mi casa acostado viendo la televisión, pero te topas a otros bikers y te dicen que lo que haces es extraordinario y que también lo quisieran hacer, eso es lo que te motiva aún más”.

La aventura que emprendió no sólo fue rodar por hacerlo, si no demostrarse a sí mismo que puede lograr lo que se proponga.

“Hace dos meses y medio lo decía, es la parte de demostrar a uno mismo que cuando te pones un objetivo lo puedes cumplir y el objetivo era llegar lo más al norte que se pudiera”.

Ni miedo ni incertidumbre, pesó más el presupuesto

“Miedo no de esa manera, incertidumbre era dónde dormir o el presupuesto, sobre todo eso, por los precios de las gasolinas, un día estaba a 1.90 y al otro estaba 3 dólares, entonces ajustamos con la comida o rodar a una velocidad donde te dé el mayor rendimiento la gasolina”.

“The Three Bastards”, así se hicieron llamar Emmet, Jimmy y Jorge, con quienes coincidió en la ruta y con los cuales entabló una gran amistad.

“El destino me puso a dos amigos para seguir y lo hicimos con mayor facilidad. Emmet de Estados Unidos y Jimmy de Escocia, grandes bikers que ahora los considero grandes amigos”.

“La Bolena”, su moto Shadow 750cc jamás se rajó

“No se rajó, por eso se llama “La Bolena”, es una princesa, aquí en La Laguna cuando hacía frío en diciembre y enero no prendía, ahora a menos cuatro grados era más complicado. Encontramos un lugar cálido para poderla bañar y calentar tantito, tres horas hasta que prendió y siguió la rodada sin problemas hasta Torreón”.

Los paisajes, la comida, las experiencias, las amistades, todo eso lo hará volver a Alaska

“Hoy en día puedo decir que voy a regresar, hay una ruta hacía territorio Yukon, es un proyecto que tengo para unos años después, para poder rodar en un lugar donde la moneda tenga un valor más elevado a la tuya es más complicado”.

“Hay proyecto de una siguiente ruta, una que quiero hacer es la Ruta 200 en México, que es de Tepic a Tapachula y otra en Acapulco y Veracruz, tendrán que ser cubiertas a mediano plazo. Trabajar en la siguiente ruta internacional, ya sea en este continente o en otro, dependerá de la situación global por el tema de los dineros”, concluyó.

EGO

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