Pisa la tercera base, Nancy Prieto García, la mánager regiomontana se quita la gorra y dirige su mirada al cielo para saludar a sus papás: el señor Amador y la señora Elvia, lo hace siempre minutos antes de que se cante el playball.
Con el número 62 en su uniforme, Prieto García quien es toda una institución, está atenta a lo que sucede dentro del diamante, a través de las señas da indicaciones precisas a las jugadoras del equipo Sultanes femenil cada vez que toman su turno al bat y enfrentan a los equipos que compiten en la primera Liga Mexicana de Softbol femenil.
Su relación con el deporte empezó cuando era niña y jugaba beisbol, siendo la primera mujer en jugar en el Programa Ligas Pequeñas de Williamsport. Con el paso de los años se convirtió en entrenadora, después en manager y, hasta se preparó para cumplir con la meta de ser umpire, convirtiéndose en la única mujer en participar en el programa de Williamsport en el mundial de Liga pequeñas, en 2011… Antecedentes que le permiten en el terreno de juego tener una mirada más completa.
Desde su experiencia, asegura en entrevista con MILENIO-La Afición, que el nivel entre las jugadoras está muy parejo en esta competencia.
Por lo que, sostiene que, en esta carrera por obtener el triunfo, será determinante el trabajo del cuerpo técnico de cada equipo.
Prieto García ha hecho un trabajo extraordinario con Sultanes femenil, al enfrentarse a sus contrincantes de El Águila, de Veracruz, Charros, de Jalisco, Olmecas, de Tabasco, Diablos Rojos, de Ciudad de México y las Bravas, de Guanajuato, se encuentra ya en playoff con 15 juegos ganados y 9 perdidos, llegando en primer lugar para disputar la primer Serie de la Reina.
-¿Cuál es la forma de motivar a las jugadoras tanto dentro como fuera del campo de juego?
La motivación la hacemos por conducto de todo el cuerpo técnico y del gran apoyo psicológico que nos proporciona la institución.
En el campo trato siempre de darles la confianza y la seguridad para hacer las cosas y realizar jugadas.
- ¿Qué responsabilidad cae sobre ti, como manager en el softbol profesional?
Es una responsabilidad distinta, mi gerente dice: hago lo que me gusta y me pagan, hago esto para no trabajar, la verdad es que nunca había estado en un equipo profesional.
Es diferente entrenar a un club de niñas, que entrenar a una selección de Nuevo León, o a una selección de México, aunque debo decir que la responsabilidad no cambia, porque a esos niveles que dirijo, trato de dar el cien por ciento, para poder alcanzar los mejores resultados, los cuales a veces se dan y a veces no.
Nos preocupamos por el tema psicológico para que las jugadoras estén conscientes del compromiso que implica ser profesionales, y de pertenecer a una súper institución como es Sultanes de Monterrey, con mucha tradición y mucho arraigo.
Todo es producto del trabajo, por ejemplo, por muchos años entrené equipos de softbol por lo que me dieron a la selección de Nuevo León, y otros tantos años para estar al frente de la Selección Mexicana juvenil, y aun así, sigo aprendiendo y poniéndome retos.
El presidente de la Federación confió en mí para trabajar en el cuerpo técnico de la Selección Mexicana Mayor rumbo a Los Ángeles 2028.
- ¿Tu acercamiento al softbol en qué momento se dio?
Yo jugaba beisbol en el Programa Ligas Pequeñas de Williamsport, de hecho, en Nuevo León, soy la primera mujer registrada en esa institución.
En mi casa somos puras mujeres y mi papá, que en paz descanse, estuvo 43 años, sin tener hijos hombres, dedicado a ese programa, yo era la única que lo acompañaba a sus juegos con los amigos y empecé a jugar beisbol, pero al llegar a los 13 años, sí se veía la diferencia de fuerza con los niños, entonces mi papá me dijo que ya no jugaría, que cuando encontráramos una liga de softbol de mujeres me metería.
Los domingos me la pasaba checando las secciones deportivas del periódico, y un día me encontré unas estadísticas de unos juegos de una final de softbol, y se lo enseñé a mi papá, me respondió que estaba muy lejos, y recuerdo que le contesté: ‘tú no me dijiste que estuviera lejos, así que me llevas’.
Total, me llevó, era verano, para septiembre hicieron una selección para un estatal y fui seleccionada, acudí a mi primer nacional a los 14 años de sub-16, y desde ahí empecé a jugar y a jugar, con lo que para los 19 años ya era parte de la selección mexicana, a la que pertenecí por unos cinco años.
Algo que mi papá me inculcó es que lo que hiciera, lo hiciera bien.
- ¿En qué momento decidiste ser manager?
En una ocasión, una amiga, por obra de Dios y casualidades del destino, me propuso entrenar por un par de meses a un equipo de niños, al que pertenecía su hijo, ahí me quedé por largos siete años.
Como manager me di cuenta de que muchos partidos se perdían por decisiones de los umpires, así que entonces decidí estudiar para umpire, y quién diría que trabajaría para el Programa de Williamsport. Pero en una ocasión me dije: ya fui umpire aquí, ¿qué sigue?, pues me fui a nacionales y a juegos latinoamericanos, y para no hacer el cuento largo, soy la única mujer en participar en el programa de Williamsport en el mundial de Liga pequeñas, en 2011.
JCVL