Después de 590 días en los que la pandemia por covid-19 alejó de las tribunas del Olímpico Universitario a los aficionados de Pumas. Este domingo por fin las puertas de CU se abrieron de par en par para que el conjunto auriazul volviera a sentir el calor de hogar, el cual les sirvió de motivación e inspiración para derrotar a los Bravos de Juárez en el tiempo de compensación, con una solitaria anotación de Washington Corozo. Un triunfo con sabor a reconciliación entre el equipo y su público.
Aunque sumó los tres puntos, el conjunto del Andrés Lillini continúa en el fondo de la tabla general, ocupando el penúltimo sitió con 11 puntos y con un panorama muy complicado, pues para seguir soñando con meterse a la Liguilla, deberá tener un cierre perfecto, pero este triunfo puede ser una inyección moral.
El VAR frustra la alegría
La calidez con la que Pumas fue recibido por sus seguidores los motivó tanto que con solo cuatro minutos de iniciado el cotejo, Alan Mozo apareció por un costado y sacó un potente disparo desde los linderos del área que se estrelló en el larguero de la meta defendida por Hugo González, quien en un par de ocasiones se empleó a fondo para evitar la caída de su marco, ya que Pumas fue dueño amo y señor del esférico, pues como de costumbre, el equipo dirigido por Ricardo Ferretti se tiró atrás.
Antes de terminar el primer tiempo, el inmueble universitario se cimbró con el grito de gol, ya que el defensa de Bravos, Gustavo Velázquez intentó cortar un centro de Rogeiro, pero terminó mandando la redonda dentro de su meta. El festejo duró poco pues el VAR anuló la anotación por un fuera de lugar del brasileño, motivo por el cual el primer lapso culminó con un 0-0.
Cayó el gol
Para el complemento, Pumas nuevamente sacudió las redes e hizo enloquecer a los presentes, quienes brincaron y gritaron llenos de alegría, la cual nuevamente fue cortada de tajo, pues desde el control remoto anunciaron que Juan Ignacio Dinenno estaba en fuera de lugar, por lo que la anotación no subió al marcador.
Había un poco de ansiedad en Universidad, que trataba, pero no encontraba la fórmula de abrir la defensa de Juárez que resistía, incluso los fronterizos llegaron a tener una jugada en los minutos finales, pero la pelota se ahogó por la raya de manera dramática. El empate parecía cantado, pero Pumas encontró petróleo.
Cuando el reloj llegó al minuto 90, el cuarto árbitro agregó nueve minutos, tiempo suficiente para que Pumas hicieran sus últimos intentos, era la hora para matar o morir, tenía que dejar todo en busca del triunfo.
Washington Corozo, quien entró los últimos 10 minutos se puso el traje de héroe y realizó una jugada de alfombra roja y tras quitarse la marca de varios defensores fronterizos ingresó al área y sacó un disparo para vencer a Carlos Rodríguez. Gol con el que le arrancaron de la garganta a su público un estremecedor ¡Goya! que estremeció los cimientos del Olímpico Universitario.