Rico era como un padre: exjugadores de Correcaminos Tampico

Pontvianne Jiménez empezó su carrera en El Golfo, popular sector del puerto. Ahí, junto con Manuel Raga formaron la famosa “Escuadra Guinda”, que lo ganó todo a nivel nacional.

Ricardo Pontvianne Jiménez.
Tampico /

El fallecimiento de Ricardo Pontvianne Jiménez, exbasquetbolista como entrenador de equipos profesionales en México, causó profundo pesar desde el medio local como nacional e internacional, principalmente en los jugadores del Correcaminos Tampico, escuadra que en la década de los Noventas dominó el deporte en México, llegando a 5 finales en 10 años en dos ligas distintas, ganando tres campeonatos. 

Apodado “El Tigre” por su habilidad en la duela, por lo que fue seleccionado en los Juegos Olímpicos de Tokio 64 y México 68, es considerado como muchos de esos elementos como un padre, el guía de una familia que hasta la fecha perdura, sin importar la edad, el paso del tiempo y la distancia, un padre que deja el mundo a los 74 años. 

“Cuando se conoció la noticia, hubo jugadores que estaban tristes, algunos guardaron silencio. Rico siempre fue visto como un padre, fueron casi una década juntos, y no solo su legado como entrenador queda en la historia, lo que hizo como jugador representando a Tamaulipas y México en competencias internacionales fue algo inédito”, dijo Alberto Sánchez Chimely, quien colaboró en la escuadra profesional que llevó los colores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. 

Pontvianne Jiménez empezó su carrera en El Golfo, popular sector del puerto. Ahí, junto con Manuel Raga (considerado uno de los grandes jugadores del Siglo XX), formaron la famosa “Escuadra Guinda”, que lo ganó todo a nivel nacional. Le valió ir al conjunto nacional y dos olimpiadas. 

Ricardo, quien en Tokio tuvo una actuación discreta, cuatro años más tarde brilló en el Palacio de los Deportes, promedió 10 puntos por juego, su máximo lo alcanzó enfrentando a Corea, logrando 16. La quinteta logró el quinto lugar, ganando 5 de 7 partidos, teniendo a Raga y Arturo “Mano Santa” Guerrero en el roster, como compañeros. 

“Fue más que un entrenador, para mí fue como un padre”, escribió el norteamericano Lester Hood, quien llegó como refuerzo extranjero desde Georgia y fue la gran figura de Correcaminos Tampico. Su compañero Michael Saulsberry también expresó su sentir: “Mucho amor por él”, lo mismo que otro exelemento, Steve Wise. Y de la camada nacional, Florentino Chávez, Luis Manuel “El Chango” López, Pedro Ramos, también manifestaron su consternación y tristeza. 

Juntos, lograron ser campeones en la Conferencia de Basquetbol Profesional en 1994, después migraron al Cimeba, ganando en el 97 y en el 99. todo esto antes de crearse la LNBP. 

No solo en el ámbito profesional, sino fuera de las canchas tuvo injerencia en las decisiones a nivel administrativo. Fue dos veces titular del Deporte, en Tampico entre 1992 y 1994, y hace un año en Ciudad Madero. 

“Siempre pujó por defender al basquetbol local, estatal y nacional, también lo hizo con la Universidad Autónoma de Tamaulipas, buscó tener un deporte unificado, pese a todas las broncas que en la Federación se tenían”, dijo Miguel Santiago Álvarez, quien también pasó por el profesionalismo y hoy entrena a jóvenes. 

A Ricardo Antonio Pontvianne Jiménez, le sobreviven su esposa Natalia Ventura y sus hijos Ricardo, Eduardo e Ivette. Desde anoche sus restos son velados en una funeraria en la Avenida Ayuntamiento. “Será muy recordado por esa huella que dejó en el deporte, y siempre fue alguien a quién aprenderle”, declaró Fernando Escobar, actual director de Deportes en el puerto. 

JERR

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