Ante el reto más importante de su carrera como entrenador en jefe, ahora al frente del equipo de futbol americano de los Aztecas de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), Robert James Peay sabe que el margen de error no está permitido, sin embargo, no le quita el sueño, ya que se ha preparado durante más de una década para enfrentarse con lo que siempre ha sido su anhelo.
Deseo que desde muy joven emprendió una vez finalizada su estadía como jugador colegial, que sin saberlo, sería también la llave a una aventura en un país que no imaginó, pero que ahora ha convertido en su hogar, donde trabaja con la ilusión de dejar huella en el deporte estudiantil bajo el cobijo de la institución cholulteca que a él ha inyectado de “sangre verde que recorre sus venas”.
¿Siempre fue el futbol americano tu deporte?
“Nací en Salt Lake City en Utah, pero a los cinco años me mudé a Arizona, donde estuve hasta estudiar la prepa. En Estados Unidos, de muy pequeño andaba todo el tiempo en bicicleta, siempre afuera de mi casa, en la primaria mi mamá me llevó a jugar beisbol, así jugué hasta la prepa, que fue cuando empecé con el futbol americano, no lo había jugado sino hasta que tuve 15 años. Yo quería beisbol y americano, porque allá se juegan por temporadas, es parte de la cultura de Estados Unidos, jugar diferentes deportes todo el año, pero en la prepa me gustó más el americano”.
¿Cómo fue tu vida como jugador universitario?
“Yo era muy atlético, podía jugar diferentes posiciones. Fui receptor y córner back, era muy divertido, al final de cuentas llegó el momento de decidirme y opté por ser back defensivo, con eso se me abrió la oportunidad de ir a la Universidad de Nebraska, mi familia no tenía los recursos y lo único que tenía como opción para estudiar era con una beca o irme a la milicia, así que trabajé para lograrla y se dio con Nebraska a los 19 años, fue un shock”.
¿Cómo inicia tu carrera como entrenador?
“Llegué a Nebraska a estudiar la licenciatura, ahí me quedé a jugar, después pasé a entrenar al equipo y a hacer también la maestría, como coach, llegamos a las semifinales en un nivel muy alto. Un año después, cuando aún no terminaba mi maestría, me fui a la Ciudad de México al Colegio Americano, el coach Eric Fisher me llamó y me invitó a irme para allá”.
¿Cómo llegas con los Aztecas Udlap?
“Llegué en 2006 a la Ciudad de México, pensé en estar sólo tres años porque yo quería entrenar en universidad. Ese verano venimos a la Udlap a un campamento con nuestros jugadores del Colegio Americano, en cuanto llegué, me enamoré de aquí y dije: ‘Yo quiero entrenar aquí en esta universidad’. En ese proceso de tres años ganamos campeonatos en el Colegio Americano, hasta que el coach Fisher consiguió la oportunidad de dirigir a los Aztecas Udlap. Llegué con él en 2009, estuve desde ese año hasta 2021 como coordinador defensivo. En febrero de 2022 me ofrecieron la plaza como head coach”.
Al cabo de 13 años en la Udlap, ¿Cuáles son tus recuerdos más significativos?
“Ha habido de todo, en lo deportivo tengo cuatro campeonatos, perdimos otros dos, esa parte es triste, pero en la parte de ganar siempre es divertido, tengo una esposa mexicana, una hija y un hijo. La vida ha cambiado mucho, pero la base de los valores y lo que estamos haciendo no ha cambiado, es la misión de la universidad. Vamos a graduar alumnos para bien del país, a ayudarles en su proceso de tener una vida universitaria muy divertida, a que desarrollen sus habilidades para que cuando salgan ya estén listos, al final está el ganar los campeonatos”.
¿Cómo tomas el reto de ser entrenador?
“Pensaba si estaba listo, pero vengo trabajando desde hace 12 años. No sabía si era el tiempo perfecto, pero había que hacerlo, salir de la zona de confort (...) Hemos traído a los mejores estudiantes, a los mejores atletas, no estamos enfocados en un campeonato, sino en que cada estudiante vaya a sus clases y prácticas, dé su mejor y máximo esfuerzo en la clase, en el campo, si hacemos eso, los campeonatos van a venir”.
¿Cómo te ves en el corto y mediano plazo?
“Mi propósito es ser el mejor coach que pueda ser, el mejor papá que pueda ser, el mejor amigo que pueda ser. ¿Cómo voy a hacerlo? Con los valores que estoy construyendo y con lo que voy creciendo. Es identificar tu propósito, en el día a día, en la universidad, si soy el mejor coach, papá y amigo, qué más quiero hacer, enseñarle a mis jugadores eso, que si identifican quiénes son, sus valores, su propósito, su camino en la vida, tendrán éxito, que sean las mejores personas que puedas encontrar, los campeonatos son muy padres, pero las vidas que estamos tocando día a día son la mejor parte”.
¿Cuál sería tu siguiente meta?
“Para mí es esto, quiero estar en la Udlap por 20 años más. Si quieren que esté aquí, puedo controlar el día a día, estoy enfocado en mejorar con mi equipo, pero quiero seguir en esta oficina, como coach, o por qué no estar en la oficina como rector de deportes, pero soy Azteca, mi sangre es verde, quiero estar aquí por mucho tiempo, ojalá que pueda hacerlo, mi trabajo, mi futuro, me veo aquí, con mi penacho siendo un Azteca con mi sangre verde”, finalizó.
AFM