En las dos medallas conseguidas por el fútbol mexicano en los Juegos Olímpicos ha estado involucrada la Jaiba Brava del Tampico-Madero, al ser catapulta de los jugadores Héctor Herrera y Eduardo Aguirre en su carrera profesional para llegar al conjunto nacional y subir al podio en máxima justa deportiva mundial.
Basta remontarse a principios de la década pasada, cuando el proyecto del Grupo Pachuca aterrizó en la zona sur de Tamaulipas en el 2010 con sus jóvenes, entre ellos Héctor Herrera. Al quedar subcampeón en la Segunda División y con problemas económicos en la directiva local, el mediocampista reconoció que estaba en el filo de retirarse del deporte.
Tras la experiencia y su paso por el conjunto porteño, recibió la oportunidad en el cuadro hidalguense para consolidarse como un jugador estelar y entrar a partir del 2011 en los planes del entrenador Luis Fernando Tena, de cara a las Olimpiadas de Londres 2012.
Su gran actuación en tierras británicas, al marcar una anotación en la fase de eliminación directa, fue elemental para la travesía del conjunto nacional hasta la gran final en el estadio de Wembley. Se impusieron a Brasil por 2-1, obtener la medalla de oro e impusieron el logro más importante en esta categoría para la disciplina de conjunto.
La historia casi se repetía 9 años después, ahora con un joven de Torreón quién primero forjó sus pasos en el TM Fútbol Club. Lalo Aguirre tuvo cuatro torneos en el equipo celeste, estando presente con goles, algunos de gran manufactura, que le sirvieron para ser convocado a seleccionados en categorías sub-20 y sub-23.
Con la trayectoria en la Liga de Ascenso, llegar a la Primera División o Liga Mx fue inminente para el atacante. El regular paso en Santos Laguna bastó para ser llamado por el estratega Jaime Lozano y ganarse un lugar en Tokio 2020, con un rol de relevo en la ofensiva.
Así, otro ex jaibo tuvo acción y lo hizo con par de anotaciones, ante Francia y en los cuartos de final frente a Corea. Al final se quedaron con la medalla de bronce para ser eliminados en semifinales por Brasil, pero derrotando de forma contundente al anfitrión Japón.
De esta manera, la Jaiba Brava ha sido plataforma de dos elementos que presumen una medalla olímpica, hecho inédito para el conjunto porteño.