Gerardo Martino luce serio, un poco pensativo, no esboza sonrisas y las que llega a soltar son mínimas; viste con ropa deportiva, con la que siempre se ha sentido más cómodo. El Tata se levanta, lleva un folder entre sus manos y dentro del mismo, los nombres de 31 jugadores que se han ganado su confianza en los últimos cuatro años, pero de ellos, solo se quedarán 26 que serán los elegidos para encarar la máxima cita futbolística.
Martino pronuncia cada nombre con claridad, pausado, no hay mayores sorpresas; si algo hay que reconocerle al Tata es la fidelidad a sus ideas, no se volvió loco ni le dio un ataque de entrenador como a otros seleccionadores que se sacaron algún nombre de último minuto. Gerardo no fue así, se mantuvo en su línea y con la base que ha trabajado los últimos tres años y medio.
A la espera
Aunque es cierto que su cabeza todavía hay un par de dudas, las que obedecen a la situación médica actual de Raúl Jiménez, y sus problemas de pubalgia, y a la de Jesús Corona, quien continúa con su recuperación de la fractura de peroné que sufrió con el Sevilla.
En ninguno de los casos hay certeza de qué puedan llegar. Será el 14 de noviembre cuando Martino dé la lista definitiva de 26 jugadores, por eso en su mente, en realidad, tiene 28 jugadores, porque si Raúl ni Tecate llegan, de los cinco jugadores extra que lleva saldrán los nombres de uno o los dos cupos que pudieran abrirse. El Tata los esperará hasta lo último y apelará a la honestidad de cada jugador.
Martino concluye la lectura de los nombres, escucha algunos aplausos y se sienta. No hubo cuestionamientos, al fin y al cabo hay cosas que ya ha dejado claras, no se habló de Chicharito, a quien sentenció desde hace mucho tiempo.
También, eso de la renovación no lo cumplió a cabalidad, pues se lleva a tres porteros de más de 30 años y perdió el chance de convocar a uno de 26 que luce como el futuro del Tricolor, además de que se casó con un núcleo veterano. Es el último acto público de Gerardo Martino en México, quizá no se le vuelva a ver más acá. Ahora solo queda esperar que sus decisiones sean acertadas.