La canadiense Leylah Fernández, de origen ecuatoriano, mantuvo su condición de verdugo de las favoritas del US Open de tenis al vencer este domingo por 4-6, 7-6 (5) y 6-2 a la alemana Angelique Kerber, decimosexta cabeza de serie, y alcanzar sus primeros cuartos de final de un Grand Slam.
Fernández, que este lunes cumplirá 19 años, volvió a desarrollar su tenis agresivo y poder físico para superar a Kerber, de 33 años, ganadora del Abierto en el 2016, que al final no pudo aguantar el ritmo de la verdugo de la campeona del título del año pasado, la japonesa Naomi Osaka, tercera favorita.
La canadiense, que ocupa el puesto 73 en la clasificación mundial y juega su segundo Abierto, remontó de nuevo un set en contra y demostró la fortaleza mental que posee, sin importar el rival que tenga enfrente.
En una batalla de zurdas, Fernández se defendió de un set y un quiebre para sorprender a Kerber, a la que al final sus fuerzas físicas no le dieron para aguantar el ritmo de la canadiense.
Fernández, que había sacado a Osaka con una remontada en la tercera ronda, repitió contra Kerber la misma copia de juego y desarrollo de los sets, al romper la moral de la rival con el desempate.
Después de haber estado abajo en el marcador en la segunda manga tras haber perdido la primera, Fernández comenzó a utilizar de manera demoledora su golpe de derecha y eso fue lo que permitió recuperar el saque en el octavo juego para el 4-4 que le permitió meterse en el partido y llegar al desempate.
Fernández lo comenzó con parcial de 5-1 y aunque Kerber se puso con 5-4, en la segunda pelota de set la canadiense, de padre ecuatoriano y madre filipina, la aprovechó al forzar un error de la tenista alemana con una dejada y cambiar la historia del partido.
La tercera manga fue toda una exhibición de buen juego de Fernández que dominó a Keber en todas las facetas sin que la alemana tuviese respuestas a los golpes potentes que colocaba la nueva cuarta finalista del Abierto.
El partido, que duró dos horas y 15 minutos, dejó a Fernández con 45 golpes ganadores por 34 errores no forzados, comparados a los 28 y 22, respectivamente, de Kerber, que nunca pudo con los peloteos largos a la que sometió la canadiense en los momentos decisivos del segundo set.