La maternidad ha ayudado a Naomi Osaka a armar una nueva mentalidad cuando las cosas se le complican en la cancha.
En su primer partido oficial desde septiembre de 2022, la japonesa, que atesora cuatro majors, perdió su saque cuando en un punto de partido y necesitó otros tres más para decantar el desempate de su lado e imponerse el lunes 6-3, 7-6 (9) a la alemana Tamara Korpatsch en el Brisbane International.
Osaka no disputó el Abierto de Australia del año pasado y más tarde reveló que estaba embarazada. Ella y su pareja, el rapero Cordae, fueron padres de su hija Shai en Los Ángeles en julio.
"Es un gran cambio de la noche a la mañana", dijo la ex número 1 del mundo acerca de su regreso al circuito como madre. "Me gusta mucho porque (...) de algún modo creo que (Shai) me ha ayudado a crecer mucho y muy rápido".
"Fuera de la pista soy más consciente de la gente y la aprecio mucho más, incluso a mis rivales y todo eso", apuntó."En la cancha, me está ayudando a ser más fuerte y a estar más presente en el momento".
El lunes, cada vez que perdía una oportunidad de sellar su triunfo, se recomponía y se centraba en tener otra oportunidad.
"Estuve súper nerviosa todo el tiempo", reconoció Osaka. "Una parte de mi sentía que Shai me estaba mirando. Quería dar lo mejor por ella".
Hasta el lunes, Osaka no había jugado a nivel profesional desde que cayó en al primera ronda del Abierto de Estados Unidos en 2022.
En la segunda ronda se medirá a la también ex número uno Karolina Pliskova, que se ha coronado en Brisbane en tres ocasiones.
El de Brisbane es uno de los torneos clave de preparación para el Abierto de Australia, que comienza el 14 de enero en Melbourne.
RGS