¿Será una restricción artística o simples reglas de la aristocracia? El Gran Slam de Inglaterra nos ha demostrado que el color blanco puede tener una gran relevancia en el deporte, pues destacados atletas han causado polémica en las canchas de Wimbledon por usar otro tono o color diferente al reglamentado.
La orden del uso exclusivo del color blanco en Wimbledon comenzó en 1963, cuando se sugirió destacar el torneo frente al uso de los colores que se presentaban en el Abierto de Estados Unidos.
La idea de dicha norma se acogió a partir de los aristócratas, ya que el tenis era un deporte sólo para la clase alta, y para diferenciarse del resto de la gente optaron por el blanco, tanto por lo estético como un elemento que significa la pulcritud.
Se presume que el blanco es un color que brilla bajo los rayos del sol, elemento que se presenta con mucha más intensidad en la estación de verano. De igual forma, el tono puede disimular a simple vista las marcas de sudor, por lo que hace que durante el torneo se vea ‘impecable’ el deportista.
El código de Wimbledon aplica en toda la vestimenta, desde la ropa interior hasta las agujetas de los tenis, y es que Roger Federer y Marc López han sido algunos de los tenistas advertidos por las autoridades del torneo.
Marc López fue uno de los primeros atletas con una llamada de atención, pues su trusa –negra- sobresalía de su pantalón claro, durante el torneo, por lo que tuvo que cambiársela para seguir dentro de la disputa de Londres.
En la edición 2013, Federer protagonizó la competencia con el uso de un par de zapatos con suela naranja, por lo que, al terminar la partida, los organizadores le mandaron una advertencia y tuvo que ir a cambiar su calzado.
CECH