17 años después, Rafael Nadal tiene otra oportunidad de coronarse en Acapulco. De aquel chico de 18 años que visitó el certamen en el 2005 queda la misma ilusión en un hombre de 35, pero que busca seguir acrecentando su legado en México.
El marcador fue un engaño. Bien pudo tratarse de un partido a tres sets, de dos tiebreaks o quizás de una victoria del ruso si Medvedev hubiera estado un poco más fino en momentos claves. La única realidad es que se trató de un partido que el público mexicano y el torneo nunca olvidarán.
En el primer set la diferencia fue clara. Rafael solo perdió cuatro puntos con su saque y aprovechó el tercer punto de quiebre que tuvo. 6-3 para Nadal en la pizarra, el primer paso rumbo a la final.
Medvedev comenzó el segundo parcial con dos dobles faltas. La invitación a quebrar fue clara por parte del ruso y Nadal asistió encantado. En contraste con Daniil, Rafael fue sin escalas al 2-0 para adelantarse.
El cuarto juego trajo el drama que el partido demandaba. Cuatro puntos de quiebre fueron y vinieron para el ruso. Medvedev empezó a elevar su nivel. Llegaron las dejadas, las derechas cruzadas aceleradas. También llegaron los errores de Nadal.
El grito de la grada no era claro. Era una mezcla rara entre Daniil y Rafa. En lo único que lograron ponerse de acuerdo fue en los aplausos y lamentos después de cada punto más allá del primer 40-40.
Daniil acechaba y Rafa aguantaba. Nadal sostuvo en 3-1 solo para volver a sufrir cuando sacaba dos juegos más tarde. Si los cuatro puntos de quiebre lucían como un calvario, los próximos siete parecían una eternidad.
Nadal volvió a sostener y el golpe anímico fue para Medvedev. El ruso había dado todo lo que tenía en cada una de esas 11 pelotas de quiebre que nunca pudieron ser. Quizás había menos en el tanque en comparación con Australia hace un mes.
Luego de ocho puntos, Daniil sacó 3-5 para seguir en el partido. El 40-0 lucía como una nueva responsabilidad para Nadal de cerrar el partido y enfrentar algunos fantasmas. Pero llegaron nuevos errores del lado del ruso y apareció otro 40-40.
Medvedev salvó el primer punto para partido pero no el segundo. Rafael Nadal consiguió su quinta final en Acapulco, casi dos décadas después de la primera. La longevidad nunca ha sido tan agradecida, mucho menos con un cuerpo que ha sido tan castigado.
MGC