Si se cumple el pronóstico será un Roland Garros para la historia. La razón radica en el siempre favorito Rafael Nadal que busca no solo su décimo cuarta Copa de los Mosqueteros en la arcilla de París, si no su Grand Slam número 21º para superar finalmente el empate que tiene con Roger Federer y alcanzar la cifra a la que ningún otro jugador ha llegado. La mirada de los aficionados al tenis se enfoca en la capital francesa por dos semanas hasta que el 13 de junio en la edición 125º del segundo major del año todo se defina.
El español parte como tercer cabeza de serie ya que Novak Djokovic es el primero y Daniil Medvededv segundo, por lo mismo el serbio y actual campeón podrían medirse en semifinales. Roger Federer en cambio es octavo al regresar a su primer Grand Slam tras poco más de un año lejos de las canchas por una doble cirugía de rodilla. Sus participaciones en los torneos previos al Abierto de Francia han dado mucho de que hablar pero por la decepción de sus resultados.
En el ATP 250 de Ginebra quedó fuera en segunda ronda por parte de Pablo Andújar, aunque se debería entender como resultado de la poca carga competitiva que ha tenido el suizo, solo tres partidos en 14 meses. Lo relevante es más bien su buen estado físico y que no hay dolores, un avance evidente desde Doha cuando regresó al circuito. Él mismo ha reconocido que está lejos de ser un favorito al conocer sus limitaciones, pero sin pensar aún en el retiro y con ganas de ganar más y en excelente estado mental, Roland Garros servirá como preparación para verdaderas aspiraciones en Wimbledon el próximo mes.
A su vez podría ser el Roland Garros más abierto de los últimos años, se presta para las sorpresas a raíz de los resultados en esta temporada de arcilla donde incluso Alexander Zverev y Casper Ruud han sumado títulos. Pero es Stefanos Tsitsipas el candidato lógico en la sucesión de Rafa para un futuro. El griego lo dejó fuera en el Abierto de Australia, se llevó Montecarlo, en la final de Barcelona lo puso en aprietos y esta semana se llevó Lyon. No podría llegar en mejor forma física y mental a París. Por otro lado si bien en 2020 se enfrentaron Nadal y Djokovic en la final, el No. 1 del mundo dejó dudas con sus derrotas en Montecarlo y Belgrado, pasó a retirarse de Madrid y perdió la final del Masters de Roma ante el manacorense que llega con dos títulos sobre ladrillo este 2021.
En el otro lado de la balanza de grandes nombres que no han estado a la altura, recordemos que Dominic Thiem conquistó su primer Grand Slam en el US Open de 2020 y ya sabe lo que es jugar dos finales en la Philippe-Chatrier. Pero tras caer justamente con aquel que nadie puede vencer, por lo menos le ha logrado propinar cuatro derrotas a Nadal sobre arcilla (Buenos Aires, Barcelona, Roma y Madrid). En cambio en Roland Garros solo Robin Soderling en 2009 y Djokovic en 2005 han podido derrotarlo. A pesar de los nombres pesados, para la mayoría de los aficionados la gran incógnita no es quién va a ganar, si no a quién va a vencer el español en su segundo hogar.
Su marca de 14 victorias y solo dos derrotas en la gira de arcilla europea tras dos meses de ausencia aseguran la confianza en las apuestas, aunque casi siempre modesto en su análisis Nadal le dio su lugar a los rivales para esta edición “Thiem siempre es un gran favorito. Tsitsipas, Zverev y Rublev son otros que vienen bien y que pueden ser candidatos. Después, por supuesto, los que ya conocemos: Djokovic y Federer”.
Las ausencias de Stan Wawrinka, Borna Coric y Denis Shapovalov, en la rama femenil es Simona Halep la gran ausente por lesion. La sorprendente campeona de 2020 tendrá que defender su título tan solo siete meses después, pero la polaca de 19 años Iga Swiatek no lo ve de esa manera ya que atesora el recuerdo como único y disfruta de ser la número 9 del ranking de la WTA. Naomi Osaka, cuatro veces campeona de Grand Slam, le ofreció su apoyo ante la presión de dicha victoria. Nació una amistad pero ahora serán rivales ya que Osaka es siempre favorita.