Las buenas noticias no siempre llegan con las victorias. A pesar de su eliminación, Renata Zarazúa ha demostrado el futuro brillante que tiene por delante, más allá de haber caído ante Elina Svitolina. La ucraniana se impuso 6-3, 0-6 y 6-2.
El inicio de la mexicana estuvo dentro del guión, con varios errores no forzados que rápidamente la colocaron 0-4 abajo. Su nivel fue de menos a más y por ello pudo cerrar el primer capítulo de manera decorosa y avisando que había encontrado el ritmo del encuentro.
El 6-0 del segundo set no fue una casualidad, tampoco una consecuencia de algún colapso por parte de Svitolina. Fue un recital de Zarazúa que se atrevió a plantarle cara a la número cinco del mundo, alternando las alturas, abriendo la pista con su revés y realizando dejadas de una muñeca prodigiosa.
"Renata ha jugado muy bien, ha dado buenos golpes y me ha obligado a arriesgar. Luego he podido recuperar el control del partido", comentó la ucraniana.
Svitolina tuvo que apelar a un salto de calidad propio de su posición en el ranking. La ucraniana minimizó los errores no forzados y añadió velocidad a sus tiros para apurar a la mexicana. Zarazúa terminó cediendo con algunos fallos ante la mejor jugadora de la pista y perdió su servicio en un par de ocasiones.
Renata estuvo cerca, pero no lo suficiente. La realidad es que compitió más allá de las que parecían ser sus posibilidades, y que el tenis que demostró en plena Philippe-Chatrier no correspondían con su ranking, sino con una clasificación bastante superior. En su cumpleaños, Zarazúa se regaló, probablemente, el mejor partido en lo que va de su corta carrera.
ZZM