Durante más de dos horas, las WTA Finals se trasladaron de Guadalajara a Minsk. De otra forma es complicado explicar la influencia de un público que desde la salida a pista eligió a su favorita y la respaldó durante todo el encuentro. Aryna Sabalenka supo lo que es jugar de local a pesar de no encontrarse en su tierra.
La ovación para la número dos del mundo fue mayor que la de Iga Swiatek. Al público de Guadalajara no lo desanimó nada, ni una promesa polaca, ni la irregularidad de las dobles faltas y los aces. La grada iría hasta donde fuera con Aryna Sabalenka, quien luego de caer 6-4 y 6-0 en su estreno, tampoco daba aires de mejora en el primer set.
Las dobles faltas y los errores no forzados de la primera clasificada del torneo le otorgaron herramientas a Iga. Swiatek, lejos de la perfección, se animó a mezclar efectos, improvisar y retar la derecha de la bielorrusa aunque todo el circuito sabe lo que eso implica. Crecida por los aciertos propios y las equivocaciones rivales, la ex campeona de Roland Garros se adelantó en la pizarra con un 6-2 revelador.
Sabalenka era gritos de frustración. La pelota, por alguna razón, elegía el lado equivocado de la línea. Aryna se resignó en el primer parcial, tomó una pausa para ir al baño y volvió transformada, incluso con otra vestimenta.
Los saques empezaron a entrar, la derecha empezó a correr y los errores disminuyeron. Todo aquello que antes salía mal, se convirtió en el principal argumento para buscar la remontada. Pero la fórmula no estaba en la pista, sino a centímetros de ella y en dirección al cielo: la grada del estadio.
Lejos de elegir el bando ganador hasta el momento, el público optó por buscar el drama, la victoria heroica, algo para poder contar con entusiasmo en el futuro. Apostaron por Aryna Sabalenka quizás cuando la propia bielorrusa no creía en sí misma, pero que al ver el efecto que los cánticos producían en ella, solicitaba la intervención de la grada siempre que fuera necesario.
La afición mexicana, agradecida por sentirse reconocida, mantuvo el compromiso de apostar por Sabalenka. Otro 6-2, esta vez a favor de Aryna, igualó las acciones para que llegara el tan ansiado tercer set.
El parcial definitivo fue todo lo que el aficionado de tenis espera. Se prolongó más allá de los 10 juegos, duró más de una hora, tuvo quiebres de ambos lados y mostró la mejor versión de ambas jugadoras. Fue un set diseñado por el mismo público que se dio cuenta que podía mandar y la pista obedecía.
Sabalenka quebró cuando Swiatek buscaba asegurarse el tiebreak. Con el saque en las manos, apeló a una de sus principales herramientas y esta vez no falló; fue sin escalas al punto para partido y una vez ahí, se aprovechó de otro gran servicio que no vio devolución en pista para sentir alivio después de 2 horas 20 minutos de partido.
En una edición histórica para Latinoamérica, el público mexicano puede presumir de haber conseguido su primera victoria. La propia Aryna Sabalenka reconoció después que “no sé cómo gané este partido. Fue gracias a ustedes”, le comentó a la afición presente en el Estadio Akron de Tenis.
Ahora la bielorrusa no solo encontró su mejor versión, sino que pareció descubrir una herramienta infalible para el resto del torneo: el público en las gradas.
JMH