Lo descubrió nada más y nada menos que la leyenda del deporte blanco Arthur Ashe mientras jugaba un torneo en África a los 11 años de edad, en aquel entonces Yannick Noah vivía en Camerún, pero poco tiempo después comenzaría su entrenamiento en la Federación Francesa de Tenis. Llegó a ser No. 3 del mundo dentro de sus casi dos décadas en los más importantes escenarios del tour, pero se le recuerda sobre todo por su única conquista de un Grand Slam, una que fue en casa y ante su gente en el Abierto de Francia.
Fue hace 37 años, un 5 de junio de 1983, que Roland Garros vio al último local y único francés en la era abierta ganar en París. Para aquella fecha, habían pasado curiosamente ya 37 años sin ver a un local alzar el trofeo. Sin llegar a ninguna otra final de los cuatro grandes, su retiro en 1996 ya con 36 años de edad no significaría el fin de estar ante el ojo público, pues el pico de su carrera musical aún no alcanzaba su máximo.
Si bien su primer álbum Black or What salió a la luz en 1991 con una popular canción conocida como “Saga Africa” que incluso tras la victoria ese año de la Copa Davis con su país hizo cantar al estadio, su verdadero impulso musical a un nivel más internacional llegó con su cuarto disco del 2000 titulado Yannick Noah. Su música varia entre el pop francés y el reggae y si bien desde adolescente mostró talento y pasión por dicha industria, la herencia deportiva de su padre que fue futbolista profesional lo encaminaron al tenis.
Con una gran aportación también en trabajo de caridad, recientemente celebró 60 años y cuenta con 12 álbumes en su discografía. Su perfil de Instagram está balanceado entre fotografías de su etapa musical como de tenis y quizá para las nuevas generaciones que siguen el deporte, su hijo es más famoso, al ser jugador de la NBA para Los Angeles Clippers, Joakim Noah.