Por primera vez en sus carreras, Carlos Alcaraz y Alexander Zverev consiguieron avanzar a la final en Roland Garros, tras superar en semifinales a Jannik Sinner y Casper Ruud respectivamente, este viernes en las semifinales.
Tanto el español como el alemán, número 3 y 4 del mundo, habían sido las víctimas de las semifinales del año pasado.
Esta vez salieron victoriosos de la penúltima ronda y uno de los dos sucederá en el palmarés del torneo al serbio Novak Djokovic, en un duelo de veinteañeros que se presenta además como la constatación del relevo generacional en el único Grand Slam que se disputa sobre tierra batida.
Con una dosis de épica y emoción, Alcaraz dio la vuelta a un partido que se le había complicado y pudo derrotar a su amigo Sinner en cinco sets, por 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3, en 4 horas y 9 minutos de batalla bajo el sol.
"El de hoy ha sido uno de los partidos más duros que he jugado. El más duro de los que he disputado en mi todavía corta carrera con Jannik, contra el que espero jugar muchos más", declaró Alcaraz. "Hay momentos en los que tienes que encontrar la alegría en el sufrimiento", sentenció.
Pero tras conseguir la victoria, Alcaraz dijo imaginarse ya con la copa porque "las finales están para ganarlas, no para jugarlas".
Habló además con la voz de la experiencia a pesar de su juventud, ya que disputó dos finales del Grand Slam, en el Abierto de Estados Unidos en 2022 y en Wimbledon en 2023, y fue el vencedor en ambas.
A sus 21 años, el domingo puede conquistar por lo tanto su tercer título del Grand Slam, pero no de cualquier Grand Slam, sino de Roland Garros, el grande tradicionalmente más querido para el tenis español y donde Rafa Nadal hizo historia con sus 14 títulos.
En los ocho enfrentamientos anteriores entre ambos había un empate 4-4 antes de este pulso en París y ahora Alcaraz decanta ligeramente la balanza en su pulso ante el otro jugador que parece llamado a marcar época en la próxima década.
Sinner (22 años), resignado tras su derrota, celebró al menos lo "emocionante" que resulta esta nueva rivalidad deportiva con su amigo Alcaraz.
"Creo que eso es emocionante para el tenis, especialmente cuando los resultados son muy igualados. El ganador se queda contento y el perdedor tiene que buscar la manera de ganar la siguiente vez. Creo que eso resulta emocionante. Ganar la próxima vez, es lo que intentaré hacer", apuntó.
Lo que sí dejó contento a Sinner fue el estado de su cadera, que le había hecho renunciar en mayo a disputar el Masters 1000 de Roma.
"Me estuve moviendo bien durante cuatro horas de partido, así que la cadera ya no me preocupa", señaló, apuntando ya a su siguiente próximo desafío, Wimbledon, donde fue semifinalista el año pasado.
En la otra semifinal hubo aroma a revancha. Hace un año Ruud había eliminado a Zverev en esa misma ronda en Roland Garros, en la misma pista Philippe Chatrier, pero esta vez el resultado fue diferente: el alemán se impuso en cuatro mangas, por 2-6, 6-2, 6-4 y 6-2.
A Ruud le frenó, eso sí, un dolor estomacal que él mismo explicó que empezó a sentir hacia el final del primer set.
Después de romper su 'maldición' parisina, que le había hecho caer en semifinales en las tres últimas temporadas, ¿logrará Zverev derribar también la barrera que le impide alcanzar un título del Grand Slam?
Estuvo cerca en el Abierto de Estados Unidos en 2020, pero perdió en el duelo decisivo ante el austríaco Dominic Thiem.
"Entonces no estaba preparado. Ahora ya no soy un niño, tengo más edad. Si no es ahora, ¿entonces cuándo?", sonrió.
Aquella derrota contra Thiem fue su única experiencia en la final de un Grand Slam, si bien es cierto que acumula otros éxitos importantes como la medalla de oro olímpica (2021) o dos títulos en el Masters de final de temporada (2018, 2021).
Su pase a la final se dio además unas horas después de que un tribunal berlinés archivara la causa contra él por violencia conyugal, después de un acuerdo entre las partes.
JCVL