Jóvenes laguneros disfrutan del deporte y la aventura a 25 metros de altura

Caminar sobre la cuerda floja en el Cerro de las Noas es el deporte extremo que José Antonio Flores y sus amigos disfrutan.

Los entrenamientos los realizan en el Bosque Venustiano Carranza. (Martín Piña Reta)
Martín Piña
Torreón, Coahuila /

José Antonio Flores Noguería y su grupo de amigos disfrutan del deporte extremo, les gusta caminar sobre la cuerda floja, realizando piruetas o simplemente colgándose, donde el riesgo de profundidad es de 25 metros aproximadamente, con una longitud de cincuenta metros.

Son cuerdas especiales las que instalan en la parte de atrás del cerro del Cristo de las Noas. Los que no saben de esta clase de ejercicio o hobby, los confunden con cirqueros o personas que ganan mucho dinero por los riesgos que a la distancia parecen ser de gran peligro, pero la realidad es que a este grupo de jóvenes, la cuerda floja es una de las pasiones que los une, además de la adrenalina que implica la emoción y la sensación de caminar sobre una cuerda a una altura de entre 60 a 90 metros comparten la aventura y se divierten.

Son dos cuerdas las que se instalan, la principal y la de seguridad, se hace un énfasis extremo en lo que se refiere a la seguridad, ya que los detalles técnicos como amarres y nudos y el anclaje de los tornillos sobre las rocas son de vital importancia, para disfrutar esa sensación increíble del dominio de la mente y el cuerpo, por otro lado al estar sobre la cuerda se derrocha el lado artístico con el ritmo y la meditación activa, como le llaman ellos al momento de la concentración total sobre la cuerda.

Cada miércoles por las tardes ellos hacen sus prácticas en el Bosque Venustiano Carranza, y hacen una invitación abierta a quién guste hacer el intento de caminar sobre una cuerda a una altura de 20-30 centímetros que son las que utilizan para los principiantes ya sean jóvenes, niños, o de cualquier edad y lo principal de todo es que es de manera gratuita.

En el Bosque las cuerdas las sujetan en árboles a diferentes distancias que van de cero a treinta metros, según sea la experiencia y seguridad de quien toma el riesgo de subir, las personas que van de paseo, a hacer ejercicio o que van pasando de casualidad se quedan unos momentos admirando las peripecias que elaboran José y sus amigos.

Comentan que son conscientes de no dañar la naturaleza y cuidar las áreas de donde se instalan las cuerdas. En el Bosque Venustiano Carranza han encontrado el lugar ideal para realizar los saltos y pasos sobre la cuerda, además de limpiar el lugar al terminar sus ejercicios, otro de los puntos que mencionó es que les agrada que la gente se distraiga al verlos y han sido invitados a participar en el HECAT para entretener a los menores.

Esta es una nueva forma de ejercitarse y aprender a mantenerse concentrados en la cuerda floja, quién guste ver o practicar, los miércoles los encontrarán en el Bosque Venustiano Carranza por la Cuauhtémoc a la altura de la Avenida Ocampo.

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