El sábado pasado Irwin Rivera se convirtió en el peleador nacido en México número 32 en la historia del UFC, aunque su debut es, probablemente, el más inesperado.
Nacido en el municipio Ciudad Nezahualcóyotl, Rivera radica desde la infancia en Florida y aprovechó para tomar una oportunidad para la cartelera de Jacksonville cuando Mike Davis, oponente de Giga Chikadze tuvo problemas en su corte de peso la tarde del jueves:
“La verdad estaba comiendo tacos y me llamó mi manager. Le pedí a un amigo que me recogiera y luego luego a cortar peso. Manejamos como unas cuatro horas y media y directo a hacer los exámenes médicos cuando llegamos”, explicó Rivera en entrevista con La Afición.
Para afrontar este reto tuvo que subir una categoría, de 135 libras, su peso natural hasta 145 del peso pluma. Su rival, georgiano Chikadze lo superaba en casi 20 centímetros de alcance: “Ese wey estaba bien alto, es chingón, sabe usar la distancia. Estaba tratando con todo mi corazón para agarrarlo, porque tengo poder en mis manos, pero no podía lucharlo no buscar un derribo, solo tenía la fuerza de mis puños. Yo sabia que era muy difícil y tenía muy pocas horas”.
Irwin reconoció que aceptó la oferta sin conocer al rival y lo supo hasta horas antes de pesarse en la báscula pues, “hasta que llegue al hotel, estaba cortando peso y entonces mi manager me llamó y me dijo con quien iba a pelear, yo sabía que con quien fuera, era contra uno de los mejores del mundo. Era una posibilidad que nunca iba a regresar, no podía dejarla sin importar con quien fuera”.
Su manager, Ali Abdelaziz, de la agencia Dominance MMA, trabaja con algunas de las más grandes estrellas del UFC, como Justin Gaethje, Khabib Nurmagomedov, Henry Cejudo o Kamaru Usman y no dudó en llamarlo cuando le dijeron que buscaban un reemplazo.
“Yo sabía que esto era una oportunidad y gracias a Dios que ya tengo contrato con el UFC, me voy a preparar muy bien, voy a hacer las cosas bien y ahora será en mi peso, en peso gallo”, agregó el peleador tricolor.
En su paso por promotoras como Combate Americas, Titan FC, y ahora UFC, la mñas grande del mundo, siempre representó a México, pues a pesar de que vive en Estados Unidos desde que tiene memoria, creció en un hogar mexicano.
“Yo nací en Ciudad Neza, mis padres se vinieron cuando tenía como cuatro años. Mi madres siempre me hablaba en español, también mis tíos, que dicen ‘Chinga’ y ‘¡órale wey!’, pero mi padre nos hablaba en inglés a mí y a mi hermana porque estábamos en la escuela”, confesó.
A pesar del esfuerzo de su padre por ayudarlo con el idioma, fue crucial para sus gustos musicales. En su debut de UFC escogió “La cumbia sabrosa” del grupo La Cumbia para entrar al octágono pues: “Mi papá, aunque nos hablaba en inglés, siempre estaba escuchando cumbias, nos ponía cumbias hasta para dormir y esa es una de las que más me gusta ahora, por eso la escogí”.
“The Beast”, como lo apodan asegura que vive el mejor momento de su vida, con la noticia de su contrato y la custodia compartida de su pequeña hija, pero tiene ambiciones grandes.
“Yo siempre veía las peleas de Chávez, él era nuestro campeón, nuestro gran orgullo y ahora no tenemos una figura así de grande en el MMA por que es un deporte que tiene poco tiempo. Yo quisiera ser así, algún día, pero todo con los tiempos de Dios y como él quiere que todo suceda”, relató.
Luego de salir sin daño grave en la pelea que perdió por decisión unánime, espera pelear en julio con un campamento completo en la división gallo.