El UFC Apex de Las Vegas tuvo una de sus últimas funciones sin público y fue un gran evento estelar. Dos años después de que Robert Whittaker y Kelvin Gastelum se hubieran enfrentado por el título medio (que se canceló), dieron una gran exhibición, donde el australiano se quedó claramente la pelea por decisión unánime.
La pelea cumplió con todas las expectativas. Ambos salieron a buscar finalizar y el intercambio fue constante.
Whittaker conectó buenas combinaciones desde temprano y cerraba con una patada arriba que sacudió a Gastelum. El peleador nacido en San José, California mostró una gran quijada, pues recibió el mayor daño en el primero, donde no pudo conectar con su característica mano izquierda, pero si encontró el pómulo de Rob en dos ocasiones con la derecha.
El ex campeón medio tenía muy bien trabajados los derribos altos, en un par de ocasiones tomó a KG con candado al cuerpo que funcionó cuando más lo necesitaba. Siempre que sintió el poder de su oponente logró llevarlo a suelo para recuperarse y ganar tiempo.
Whittaker repitió la fórmula todo el combate, Gastelum fue ganando confianza y haciendo daño con la zurda, pero sin poder mandarlo a la lona, los rounds fueron avanzando y en ninguno pudo asegurar para los jueces.
Las tres tarjetas fueron idénticas 50-45 en una pelea cerrada, pero donde ‘Bobby knuckles’ ejecutó la estrategia de forma perfecta ante la frustración de la esquina de Gastelum.
Para el quinto vino el mejor momento del mexicoestadunidense, sabía que tenía que finalizar y abrió con una combinación grande que mandó a Rob, que respiraba con la boca abierta, contra la jaula.
Pero volvió a conseguir el derribo, usó todo su peso para neutralizar los últimos 4 minutos. Kelvin terminó luchando para salir de la monta sin éxito.
Whittaker se coloca en posición para pedir una nueva pelea por el cinturón de las 185 libras ante el monarca Israel Adesanya, quien viene de caer en su intento por ganar también el cinturón de las 205 libras ante el polaco Jan Blachowicz.