A Jon Jones le costó trabajo, pero logró retener el título de las 205 libras ante el brasileño Thiago Santos, quien llevó la pelea a la distancia y perdió por decisión dividida en el evento estelar de UFC 239.
Fue un primer round en donde Jones cambió de guardia constantemente y mostró la creatividad que lo caracteriza con codazos giratorios e incluso cerro el round con una patada a la cabeza que estuvo cerca de conectar, pero no pudo conseguir el derribo y en la distancia corta tuvo que ser muy precavido ante la poderosa pegada de Santos.
Todos conocen el peligro que representa ‘Marreta’ y su capacidad de mandar a dormir rivales con un solo golpe, así que en el segundo tampoco salió a correr riesgos que no fueran necesarios. Justo cuando Santos cambiaba de guardia logró conectarlo cerca del cuello y mandarlo contra la reja, aunque no pudo finalizarlo.
Corrió el tiempo y el sudamericano encontró espacio para lanzar bombazos con izquierda y derecha, aunque se mostraba poco agresivo en el contragolpe preparaba una patada alta que resultaba amenazadora.
En el tercero volvió a conectar y derribar, ‘Bones’ lanzó una rodilla voladora sin poder conectar para irse de bruces. Su peor susto hasta el momento, pero no perdió la confianza, sigió conectando patadas giratorias al cuerpo, cortó a Santos con un codazo y terminó jugando como un león con su presa.
El desgaste en las piernas comenzó a generar hinchazón en Jones y bajó el ritmo de forma notable, para el último round tuvo que cortar la distancia. Fue efectivo en el cabeceo ante un retador que se jugaba sus últimas cartas.
Desde la tribuna, el público presionaba en los segundos finales sin conseguir su objetivo, el nocaut no llegaría para Thiago y dos de los jueces vieron ganar a Jones. Consiguió su defensa número 11 del título de las 205 libras del UFC.