Pumas y Chivas empataron sin goles (0-0), demostrando que ambos viven una severa crisis, de la cual parecen no encontrar la forma de salir, ya que no muestran variantes ni contundencia.
Ambas escuadras tuvieron oportunidades de abrir el marcador, pero la artillería salió con la mira chueca y todo quedó en suspiros, enojos y frustraciones.
En los minutos finales, los tapatíos perdonaron a los universitarios, por lo que el punto que sumaron en CU les sirvió para avanzar a la décima posición de la tabla general con 10 puntos, mientras los auriazules se mantuvieron en el décimo sexto lugar con 6 unidades.
Sacaron las garras
El grito de gol se ahogó en la garganta de Andrés Lillini y sus discípulos, quienes ya se estaban saboreando un eufórico festejo, el cual pudo significar la cereza del pastel en su aniversario 67.
Con apenas un minuto en el reloj, Pumas sorprendió a la defensa de Chivas. Leo López filtró un pase para Jerónimo Rodríguez, quien llegó a línea de fondo y sacó un centro raso. Montejano se barrió para intentar empujar la pelota al fondo del arco, pero se quedó a centímetros de conectar el esférico, por lo que la redonda continuó su camino hasta segundo poste, donde apareció Sebastián Saucedo, quien logró controlar y de media vuelta sacó un disparo que por desgracia para los auriazules terminó en los túneles del Olímpico Universitario.
Tras esta jugada, Víctor Manuel Vucetich se limpió el sudor de la frente, volteó al cielo agradeciendo la falla universitaria, y posteriormente le llamó la atención a sus jugadores, quienes entraron dormidos al encuentro, ya que en los siguientes minutos fueron dominados por los felinos.
Después de varios minutos aguantando, Raúl Gudiño se puso la capa de héroe para salvar a los tapatíos del primer tanto de la tarde. Meritao filtró un balón para Favio Álvarez, quien sacó un zurdazo el cual desvió el guardameta tapatío.
La polémica se hizo presente cuando Uriel Antuna metió un pase para Mayorga, quien intentó recortar a Saucedo, quien, en su intento de barrida, el balón le pegó en la mano, por lo que los rojiblancos exigían una pena máxima, pero el árbitro central, Fernando Guerrero, reconoció que sí le había pegado en la mano, pero la tenía pegada en el cuerpo.
Chivas despertó. Isaac Brizuela desbordó por la izquierda, llegó a línea de fondo y retrasó la pelota para José Godínez, quien de primera intención sacó un remate, que terminó en las tribunas.
Y antes del final del primer tiempo, Gudiño se erigía como la figura del encuentro, pues con un manotazo logró mandar a tiro de esquina un disparo de Álvarez que parecía abriría el marcador.
Perdonaron
Para el segundo tiempo, el duelo se convirtió en una batalla en la mitad de la cancha, un tanto sucio, pues ambos clubes cortaban las jugadas con faltas. Vucetich realizó sus cambios para darle mayor profundidad a su equipo, pero sus movimientos no fueron tan efectivos, pues la zaga auriazul despejó todo balón de peligro que llegaba a su área.
Entonces, un error de Julio González, al intentar despejar un balón, se convirtió en un regalo para Cisneros, quien vio asistió a Uriel Antuna, éste entró solo al área y fusiló a González, quien recompuso su error y tapó el fogonazo del rojiblanco.
Y en los minutos finales Chivas tuvo el triunfo en los pies de Carlos Cisneros. Tras un trazo largo, el delantero del Rebaño se perfiló solo contra González, quien achicó perfectamente, Cisneros intentó recortar al guardameta universitario, pero se le alargó la pelota y su disparo se impactó en la publicidad.
No hubo más, lo que se esperaba fuera el partido de la jornada, acabó en decepción, un resultado que no le ayuda a ninguno, porque la crisis continuará pese al punto sumado.