Nada mejor que el majestuoso escenario del Yankee Stadium para que el jockey mexicano Víctor Espinoza, el nuevo gran héroe del deporte profesional en Estados Unidos, fuese recibido con todos los honores.
El béisbol profesional de las Grandes Ligas, donde figuras mexicanas de la talla del exlanzador Fernando Valenzuela, también han dado noches de gloria al deporte pasatiempo nacional estadounidense, se erigió en el líder que le ofreció a Espinoza, flamante ganador de la Triple Corona en la competición de la hípica, el merecido homenaje y reconocimiento a su hazaña.
Espinoza, de 43 años, nacido en Tulancingo (México), y residente en Los Ángeles, fue el jockey, que con una monta magistral, montó al caballo "American Pharoah" en la prueba de Belmont Stakes, que ganó ayer, sábado, y con la que alcanzó la Triple Corona, algo que no sucedía en 37 años, en la hípica de Estados Unidos.
Aunque se ha dicho que la gran clase de "American Pharoah" fue la clave para que hubiese de nuevo un caballo ganador de la Triple Corona por primera vez desde 1978, el entrenador responsable de su desarrollo, el legendario estadounidense Bob Baffert, dijo que la monta de Espinoza fue siempre decisiva en las tres carreras.
"Espinoza tuvo una identificación maravillosa con el caballo, todo era armonía, se adoran ambos, se entienden y sabían como hacer las cosas en cada momento, nunca se daban ningún tipo de exigencias innecesarias", destacó Baffert. "Espinoza hizo posible también los triunfos en el Kentucky Derby y el Preakness Stakes".
Además, Espinoza se convertía también en el primer jinete hispano que lo conseguía y el reconocimiento a su hazaña ha sido grandioso, desde ser el personaje central en todos los programas deportivos e informativos de radio y televisión a la figura del día en el Yankee Stadium cuando salió vestido con la franela del equipo local de los Yanquis y el número tres, en honor de los triunfos conseguidos y que la dieron la Triple Corona.
Espinoza había sido elegido para que hiciese el primer lanzamiento del partido que los Yanquis disputaron y ganaron 6-2 frente a los Angelinos de Los Ángeles, que fueron uno de los muchos equipos de las Grandes Ligas que en sus vestuarios y por televisión siguieron la ya histórica carrera de caballos.
El jockey mexicano, con la misma seguridad con que montó a "American Pharoah", subió al montículo del Yankee Stadium e hizo un lanzamiento, algo bajo, pero perfecto porque la pelota le llegó al guante del receptor John Ryan Murphy, que se mostró entusiasmado de poner tener una foto junto a Espinoza.
"Ha sido un gran honor el hacer un lanzamiento desde un montículo tan grandioso como es el del Yankee Stadium", declaró Espinoza. "Aunque creo que hago mejor lo de montar caballos".
Antes que saliese a lanzar la pelota se había reunido con el piloto de los Angelinos, Mike Scioscia, que en nombre de todo el equipo de la ciudad en la que reside Espinoza, le felicitó por la hazaña deportiva que había logrado.
"Es algo grandioso el ver la clase humana, humildad y espíritu de sacrificio de una persona y deportista como Espinoza, que a pesar de la gran hazaña deportiva conseguida su trato fue exquisito y maravilloso durante la charla que mantuvimos", destacó Scioscia. "De verdad, todo un ejemplo de deportista".
Espinoza se sintió doblemente feliz porque vistió el mismo número que había llevado en su tiempo el legendario Babe Ruth, que además es uno de los 19 números retirados en la historia de los Yanquis, incluidos dos que lo fueron dos veces, el 8 y 42.
"Para mi es un gran honor ser el primer hispano que consigue la Triple Corona, pero siempre habido grandes jinetes latinos que hicieron mejor que yo las cosas y que me abrieron el camino dentro del deporte de la hípica", destacó Espinoza. "Me siento muy honrado por el homenaje que me han ofrecido los Yanquis y toda la familia del béisbol, algo que nunca olvidaré".
Los jugadores de ambos equipos, al igual que los aficionados, mostraron su entusiasmo con la presencia de Espinoza al que ovacionaron permanentemente, pero mucho más después de realizar un gran lanzamiento de pelota, que demostró toda la clase que posee como grande deportista que ha inscrito para siempre su nombre dentro del deporte profesional en Estados Unidos.