Los paisajes contrastantes de Michoacán son el escenario perfecto para recibir a diversas especies que año tras año, emigran de otras partes del mundo para pasar el invierno en los bosques, lagos y playas de Michoacán, ejemplo de ello son las mariposas Monarca.
Cuando las temperaturas empiezan a bajar al norte del continente, millones de Monarcas dejan su hábitat en Estados Unidos y Canadá para comenzar su migración hacia México.
La migración de la mariposa es uno de los mayores espectáculos que la naturaleza brinda. Cada año más de 100 millones de mariposas realizan un viaje de 4 mil 500 kilómetros desde Canadá y la Unión Americana, concentrándose en apenas unas hectáreas de los bosques de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca.
En Michoacán, la Reserva se extiende por los municipios de Contepec, Senguío, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Aporo. La Reserva es una de las cuatro bellezas naturales reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en suelo nacional.
Las mariposas hibernan entre noviembre y enero. En febrero, despiertan del letargo y vuelan por millones para alimentarse, aparearse y prepararse para el largo viaje de regreso.
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