Es un diamante en bruto. Su gente es cálida y sonriente con los visitantes; sin embargo, la vocación de servicio en Arabia Saudita todavía debe ser desarrollada y pulida para convertir al país en uno de los destinos turístico más poderosos del mundo. Hoy es apenas un plan, una posibilidad con cientos de millones de dólares trabajando para desvelar los destinos que habían mantenido cerrados y que su poderío económico les ayudará a mostrar al mundo.
En noviembre pasado, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) celebró su congreso anual en Riad, la capital saudí. Esa misma semana, Riad anunció la creación de lo que será uno de los aeropuertos más grandes del mundo, con seis pistas paralelas, como parte de los seis “gigaproyectos” que dan fe de la visión y recursos con los que Arabia Saudita anuncia su llegada al tablero del turismo mundial, que pretende liderar en pocos años.
Las expectativas de este nuevo jugador son altas. Actualmente, recibe a 50 millones de peregrinos por año en La Meca y Medina, dos de los sitios sagrados para los islámicos, y espera duplicar esa cifra para 2030, al recibir 50 millones de turistas no musulmanes en los destinos seculares que hoy está preparando.
El primer paso se dio en 2019 con la aprobación de la visa de turista. Este giro de 180 grados nunca antes visto en un país musulmán, tiene como mecenas al visionario príncipe heredero Mohamed Bin Salman, quien dejó la responsabilidad de llevar los planes adelante en manos de Ahmad Al Khateeb, el primer ministro de Turismo en la historia de este país, que hasta hace poco ni siquiera tenía esta actividad en su gabinete. Hoy el reino aspira a convertir a este sector en la segunda industria más importante de su economía, luego del petróleo.
Los gigaproyectos
El ambicioso plan Visión2030, presentado por Arabia Saudita en el congreso del WTTC incluye seis grandes obras turísticas supermodernas, respaldadas por una inversión inicial del reino cercana a los mil millones de dólares (mdd), abierta a recibir siete veces más por parte de inversionistas extranjeros.
Una parte importante será para construir la infraestructura que asegure la conectividad que requiere el país para cumplir la meta: estar entre los primeros cinco destinos del mundo en el corto plazo, y que arranca con el futuro aeropuerto King Salman, en Riad, que se prevé reciba a unos 185 millones de pasajeros en 2050 y 3.5 millones de toneladas de carga.
Con el plan de ser el más grande y lujoso del mundo, este aeropuerto incluirá 12 kilómetros cuadrados de instalaciones de ocio y comerciales y será la sede de una nueva línea aérea con pretensiones globales, al estilo de Qatar Airways o Emirates.
Con una extensión de casi 2.15 millones de km2 y 2 mil 600 km de litorales, Arabia Saudita no solo es un enorme cajón de arena. Otras coordenadas contienen siete lugares Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, arrecifes de coral, playas y cristalinas aguas turquesa estilo el mar Caribe; oasis, formaciones rocosas impresionantes y montañas nevadas.
Futuros destinos turísticos, los otros cinco gigaproyectos se ubican en puntos del país cuidadosamente elegidos por sus atractivos naturales o históricos: Amaala, Neom, Mar Rojo, Qiddiy, Aseer y Diriyah, que abrirán posibilidades de negocio hotelero, gastronómico y de ocio, con la sostenibilidad que exige nuestro tiempo y el lujo tradicional del país.
Mil mdd...
Serála inversión del reino en las seis megaobras turísticas de Visión2030
Diriyah
Las autoridades turísticas de Arabia Saudita aprovecharon la concurrencia internacional al congreso del WTTC para inaugurar Diriyah, cuya remodelación y expansión total ocupará una inversión de 63 mil 200 mdd: es un complejo turístico moderno que cuenta con la revitalizada Al Bujairi, un laberinto para peatones con restaurantes, cafeterías y tiendas de artesanías, alrededor de la antiquísima ciudad de Diriyah o Primer Estado Saudí, totalmente restaurada y con un Museo de Sitio pequeño e interactivo. Un paisaje del pasado que mira hacia el futuro.
“Esto es solo 1 por ciento de lo que podrán ver en un futuro en nuestro país”, dijo el ministro Khateeb, quien compartió reflectores con la mexicana Gloria Guevara —otrora presidenta del WTTC y hoy asesora especial de turismo del reino— y la princesa saudí Haifa bint Abdalá, viceministra de turismo, una muestra de que el cambio en el país promete ser profundo.