Armando Takeda, un diseñador entre dos culturas

CHIC CDMX

El diseñador mitad mexicano, mitad japonés es egresado de la famosa escuela londinense Central Saint Martins. Su marca destaca por la presencia de colores, la atención al detalle y bordados inspirados en México.

El estilo de Armando Takeda se podría definir como “frescura estilizada”.
Martina Spataro
Ciudad de México /

Después de trabajar con McQueen y Bruno Pieters (exdirector creativo de Hugo Boss), aceptó un trabajo en Japón como director creativo de la línea de caballeros y accesorios Dresscamp, marca líder en Tokio. Ahí colaboró también con New Balance, Champion, Dickies y Schott, entre otras. Armando tiene un gran amor por el cine y el arte. Tal vez por eso trabajó haciendo vestuario para películas de Warner Brothers y en conciertos de Lady Gaga.

 En 2012, después de cuatro años y medio en Japón, regresó a México para emprender una marca que busca recuperar las tradiciones mexicanas y mejorar las condiciones laborales de los artesanos.


Moda con propuesta 

Lo que más disfruta Armando de la moda es la posibilidad de expresión que le ofrece a cada persona, ya que refleja no sólo la personalidad, también las creencias, el estilo de vida. La moda que admira este diseñador, que presentó su colección de otoño el pasado abril en el Frontón México dentro del Mercedes Fashion Week, debe tener dos cosas: una propuesta y un balance entre el diseño y el arte.

 Para Armando Takeda, la moda es un lenguaje alterno que, entre colores y texturas, permite a las personas abrazar lo que sienten. “Me encanta hacer piezas ready-to-wear que no sean tan ready-to-wear. Así cada quien puede ponerle su toque y cada vez que las usen serán diferentes”, platica sentado en una silla, apoyado en la mesa donde trabaja con las telas. 

Armando busca que sus diseños sean cómodos, su sello podría definirse como “frescura estilizada”. Sus piezas, de trazos precisos y simples, tienen pequeñas desviaciones que las hacen únicas.

Tradición que se innova 

Cada vez que Armando habla de la marca, lo hace en plural. Además de que codiseña con su esposa Yuki, trabaja de la mano con artesanas oaxaqueñas. Pero aunque busca recuperar las técnicas tradicionales, Armando tiene cuidado en no encasillar su trabajo en una imagen romántica. 

“También hay que innovar. Hay que trabajar junto con las artesanas sin forzarlas a un estilo específico, más bien, explorar juntos con los materiales y telas que tenemos. Así ellas me enseñan y yo a ellas”, dice con una sonrisa.

 Próximamente, su ropa podrá comprarse en su página web. Hay que destacar que, a diferencia de muchas marcas, cuenta con un rango de tallas para todo tipo de cuerpos. Algo que Armando anhela es trabajar con artesanos y artistas de todo el mundo. “Aún mejor sería que esta metodología la adoptaran otras marcas, para que la artesanía y la moda integren su trabajo orgánicamente”, dice con los ojos viendo al techo, imaginando cómo sería todo.



LAS MÁS VISTAS