En el cierre de 2019, cerca de la mitad de los mexicanos aún carecían de acceso a productos y servicios financieros, según datos del Panorama de Inclusión Financiera 2020; esta desventaja era aún más cierta para las mujeres, que para ese momento enfrentaban una brecha de género de 4.9 puntos porcentuales en número de cuentas de banco, entidades de ahorro y crédito popular, e instituciones de fondos de pago electrónico.
Poco a poco, la relación de las mujeres con el dinero ha cambiado. Según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, de 2012 a 2018 la cobertura de la población femenina avanzó de 30 a 46%, para dejar una brecha de solo dos puntos porcentuales respecto a la masculina, que era de 48%. Pero aunque la brecha es cada vez más pequeña, aún hay pendientes importantes que obstaculizan la inclusión de la mujer al sistema financiero y, por ende, sus posibilidades de desarrollo como un ser libre e independiente. Hoy en día existen varias herramientas que facilitan la libertad financiera de quienes las utilizan.
Sin embargo, según un reciente estudio del Lincoln Financial Group, más de la mitad de las mujeres en el mundo presentan algún tipo de dificultad para administrar sus ingresos e, incluso, se sienten incómodas en temas relacionados con hipotecas, cuentas de banco o créditos.
Para cambiar este panorama y tener unas finanzas saludables, tanto hombres como mujeres, es clave que le demos al dinero la importancia que tiene, opina la periodista argentina Virginia Porcella, especialista en finanzas y autora de los libros Feminomics: De la economía personal al emprendimiento propio; Economía SOS, y Economía con tacos altos.
“El dinero atraviesa todos los aspec- tos de la vida de una persona: tanto en el ámbito personal, como laboral y hasta social. Estar enfocada en la economía personal es enfocarnos en nuestras vidas. No hay superposición sino integración, ocu- parnos de nuestras cuentas no es una tarea más sino un aspecto clave de todo lo que hacemos”, asegura la escritora.
La cartera femenina
Por su parte, la experta en cultura financiera y empoderamiento femenino, Litzerindandy Mancera, mejor conocida como Miss Finanzas, ha buscado fomentar un cambio en la manera en que las mexicanas interactúan con su dinero; esto, debido a que en nuestro país existe una brecha de género de la que pocos somos conscientes.
“En México, los productos que están destinados a la mujer, ya sean seguros, ahorros, créditos o inversiones, están más pensados para temas de prevención de la salud y son muy conservadores; así está estudiado el mercado femenino porque, si hablamos de los hombres, los productos financieros están más enfocados a rendimientos y riesgo (...) Esto no ocurre en otros países porque no hay una diferencia entre si eres hombre o mujer para invertir, pero en nuestro país sí”, asegura Mancera.
En opinión de la experta “se puede decir que estamos en pañales y se necesita motivación extra para que la mujer se sienta más animada a utilizar una herramienta financiera”. En este sentido, algunas instituciones financieras han intentado personalizar el trato hacia la mujer con cosas tan simples como el color de una tarjeta, “con el fin de que nos sintamos reconocidas”, dice Miss Finanzas.
Sin embargo, una búsqueda rápida en internet muestra que esos productos han ido desapareciendo y son pocos los que hoy en día se anuncian como diseñados “especialmente para ellas”, quizá porque ese solo hecho no tuvo los resultados de ventas esperados, o porque al final, las instituciones reconocen que las soluciones financieras son igual de necesarias para cualquier persona, sin importar su género.
Rumbo a la independencia financiera
La también conferencista y asesora en riesgos financieros, Litzerindandy Mancera, asegura que entre los retos que enfrentan las mujeres en cuestión económica están el machismo y la dependencia que aún vive un gran número de mujeres.
“De sus papás, del esposo, de los hijos o los nietos... y cuando llegan a una edad avanzada el tema de profundiza. En general nos enseñan a que debemos recibir de los demás y eso es algo que tenemos que cambiar desde ya. Hoy tenemos todas las herramientas para conseguir una independencia financiera que nos permita vivir con plenitud y podemos invertir en diferentes instrumentos que, a la larga, nos faciliten una vejez digna”, explica.
Mis Finanzas tiene razón. Según el análisis de brechas de género realizado en el Panorama Anual de Inclusión Financiera 2020, si bien la mujer ha avanzado en la tenencia y uso de servicios financieros, especialmente en ahorro (cuentas de captación y tarjetas de débito, con 4.9 y 6.3 puntos porcentuales más que los hombres), ahorran menos en sus cuen- tas, utilizan menos las tarjetas de crédito y “consideran que sus expectativas para cubrir los gastos asociados a su vejez recaen en apoyos del gobierno”, concluye el informe de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Para lograr la ta necesaria independencia, Miss Finanzas puntualiza algunos pasos a seguir: “Lo principal es hacer un presupuesto mensual enfocado al ahorro a corto, mediano y largo plazo, y apegarse a él.
La segunda regla de oro es invertir, para siempre hacer que el dinero genere ingresos por nosotros; por último, lo más importante, cuidar con un seguro lo que se está generando pues, si no tenemos como prioridad blindar la salud y a nosotras mismas, de nada sirve que ahorres y que inviertas si lo vas a perder todo en caso de un imprevisto”, explica.
“Siempre será mejor gastar en una casa que en un auto; es más importante asegurar tu salud que comprar ropa de marca y, como mujeres, debemos estar conscientes de ello. Creo que el empoderamiento femenino a través de las finanzas va más allá y es importante porque te da la oportunidad de hacer lo que quieras sin depender de nadie. Cuando se tiene el poder mental, emocional y socioeconómico para tomar decisiones, podemos decir que el mundo es tuyo”, señala Mancera.
Más que un color
Según las especialistas, hay diversos productos que debes buscar para garantizar una buena salud financiera:
Seguro de gastos médicos mayores.
Una emergencia de salud no prevista puede llevarnos a sufrir una severa descapitalización e incluso dejarnos en medio de un desastre financiero familiar; por ello, es importante contratar algún seguro médico de cobertura amplia que pueda respaldarte si llega alguna enfermedad crónica, o incluso en casos poco comunes como un embarazo múltiple.
Ahorro con protección de beneficios femeninos.
El cáncer de mama es la segunda causa de muerte de las mujeres en México, así que ahorrar y tener beneficios de protección contra padecimientos femeninos es sumamente importante.
Una de las pocas opciones que ofrecen un producto de este tipo es el concepto Vida Mujer, de Seguros Monterrey New York Life, que cuenta también con un plan de ahorro y cobertura contra cáncer de mama y otros padecimientos comunes de la mujer, además de una cobertura en caso de incapacidad para generar ingresos.
Plan personal de retiro deducible.
Toda mujer debería contar con garantía de solvencia económica para cuando llegue a la vejez, por lo que varias instituciones financieras ofrecen planes de retiro que puedes personalizar a tu gusto, con aportaciones variables y que, además, en México son deducibles de impuestos.
Fondo de emergencia líquido.
Siempre es importante tener dinero disponible para una emergencia, pero nunca sin generar rendimientos; así que puedes invertirlo en Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES) o Unidades de Inversión (UDIs), para garantizar la conservación de su valor con el paso del tiempo y disponibilidad permanente.
Acciones de empresas.
Aunque pareciera un tema lejano para muchos, aprender a invertir y comprar acciones de empresas nacionales y extranjeras es una manera inteligente de hacer crecer el dinero y participar de compañías con alto potencial. Lo mejor es asesorarte con un experto y elegir un sistema de broker certificado internacionalmente.
Tarjetas de crédito.
Es una de las herramientas financieras más utilizadas, aunque existen pocos productos pensados para el mercado femenino. Uno es Mujer Banorte, la primera tarjeta creada expresamente para mujeres que, además de planes de pago diferidos, ofrece servicios en clínicas, hospitales y laboratorios médicos, sin costo extra, así como terapia psicológica y psiquiátrica, atención a pacientes con cáncer de mama o cervico- uterino, y consultas ginecobstétricas.