Desde su primera edición, en 2011, el Buen Fin ha roto algunas barreras y se ha convertido en una fecha que muchos mexicanos esperan para dar el banderazo a la temporada de compras navideñas. Efectuado el tercer fin de semana de noviembre, para aprovechar el asueto por el aniversario de la Revolución Mexicana, este fenómeno comercial ha crecido en magnitud y relevancia a lo largo de los años.
Tras su primera edición y en solo un fin de semana, la campaña convirtió a noviembre en uno de los meses con mayores ventas, solo detrás de diciembre, cuando el consumidor mexicano visita las tiendas, con el aguinaldo en mano, por la temporada navideña.
Más allá del crecimiento constante de las ventas, de los 106 mil millones de pesos de 2011 a los 134 mil 400 mdp de 2022, el Buen Fin se ha consolidado como el evento de compras más importante del año. Este 2023 se espera una derrama de 141 mil 120 mdp.
El también llamado “fin de semana más barato del año” se inspiró en el Black Friday, un evento de compras que se celebra en Estados Unidos el cuarto jueves de noviembre, un día después del Día de Acción de Gracias. En México, se planteó un enfoque similar para impulsar las ventas, reducir los inventarios y alentar a los consumidores a adelantar sus compras navideñas con ofertas interesantes. Sin duda un esquema ganar-ganar.
Organizada por la Secretaría de Economía, en conjunto con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, la campaña dura cuatro días, de viernes a lunes, y ofrece una amplia gama de productos y servicios, con promociones y descuentos planeados ex profeso para la ocasión por las tiendas participantes.
De acuerdo a sus reglas de operación, el Buen Fin busca:
- Impulsar el consumo interno y fortalecer el comercio formal.
- Llevar beneficios a las familias mexicanas.
- Lograr que las promociones y ofertas sean las mejores del año en calidad y precio.
- Impulsar la transformación digital de las micro, pequeñas y medianas empresas.
PRL