A diferencia de lo que se puede pensar, hablar de cáncer es hablar de vida. Gracias a las campañas de prevención, una buena cantidad de pacientes acuden en etapas tempranas al médico, cuando hay mucho por hacer y las posibilidades de sobrevida son significativamente altas.
Ejemplo de ello son las campañas sobre cáncer de mama. Las estadísticas muestran que, a cinco años del diagnóstico, casi 9 de cada 10 mujeres que lo padecen sobreviven; paradójicamente, en otro de los tipos de cáncer ginecológico, como es el caso del cáncer de ovario, la sobrevivencia en el mismo periodo solo es de 40 porciento.
¿Qué marca la diferencia si ambos afectan a las mujeres? La información y las campañas que invitan a las mujeres mexicanas a tomar conciencia, revisar sus síntomas y acudir con urgencia al médico.
Debemos normalizar hablar del cáncer y, en particular, elevar la conversación sobre uno de los tumores que más afectan a las mujeres: el cáncer de ovario. Este tipo de neoplasia, que se extiende silenciosamente en sus cuerpos con signos parecidos a los de una colitis, mató a más de 3 mil mexicanas en 2021.
Si algo nos enseñó la pandemia de covid-19 fue a tomar mayor conciencia sobre el autocuidado y el papel que jugamos como pacientes. En este sentido, no existe nadie mejor que uno mismo para saber que algo anda mal. Ante ello, propongo tres acciones para ganarle la batalla al cáncer de ovario.
1. Haz caso a los signos. Recuerdo cuando una amiga, con más de 55 años de edad, me comentó que llevaba casi un año sintiendo un dolor tipo cólico en el vientre, el cual se profundizó cuando comenzó a sangrar, a pesar de que había vivido su menopausia tres años antes.
Aun así, ella pensó que “podría ser normal” que le regresara la menstruación y no vio necesario ir al médico, sino hasta el momento en que comenzó a sentir muchas náuseas y no quería comer. El diagnóstico: cáncer de ovario estadio III.
Él Dice...“Acude al médico al primer signo de alarma. Si a lo largo de tu vida nunca has sentido dolor de vientre ¿Qué te hace pensar que puede ser normal”
Esta situación nos deja ver que no es suficiente solo reconocer los síntomas, sino que es necesario hacerles caso, ya que de nada sirve sentir molestias e identificarlas, si no consultas a un médico: el cuerpo es sabio y si sientes algún dolor quiere decir que algo anda mal.
2. ¡Visita al especialista! Cuando uno se siente mal, lo menos que quiere escuchar es que tiene cáncer, pero debemos estar preparados para todo. Acude al médico al primer signo de alarma. Si a lo largo de tu vida nunca has sentido dolor de vientre ¿Qué te hace pensar que puede ser normal?
Busca a tu médico e infórmate, ¡pregunta! Afortunadamente, cada vez son más los doctores generales que se están especializando en fundamentos de oncología, a fin de detectar desde el primer momento síntomas relacionados con la presencia de tumores.
Sin embargo, el camino aún es largo; si a pesar de tomar tratamiento, las molestias persisten, busca a otro médico que te brinde una segunda opinión, o tercera, si fuera necesario. Lo importante es que nunca pierdas de vista que, aunque pasen los años: ¡sentir dolor no es normal!
3. No decaigas. Si es cáncer, hay mucho por hacer. Gracias a los especialistas, a los dispositivos médicos y a los tratamientos de última generación, un diagnóstico de cáncer ya no es sinónimo de muerte.
Muchos pacientes consideran que los tratamientos contra el cáncer pueden resultar peores que la misma enfermedad, pero es falso. La ciencia ha avanzado mucho y existen tratamientos como las terapias blanco que, gracias al progreso de la medicina genómica, atacan a los tumor es de una manera específica, y reducen considerablemente los efectos secundarios de las quimioterapias tradicionales.
En el cuidado de la salud, la información oportuna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de los pacientes. Por ello, hablemos de cáncer de ovario una y otra y las veces que sea necesario, hasta que las estadísticas muestren que hemos incrementado los niveles de sobrevida de nuestras mujeres mexicanas.
srgs