El futbol es, en principio, un deporte hecho por hombres para hombres. Si bien actualmente son comunes las ligas femeniles en todas las categorías, la integración de mujeres a los equipos técnicos de los clubes profesionales es todavía limitada, casi 100 por ciento a los equipos femeninos. Por esto, el hecho de que Carlotta Oetling von Reden haya sido convocada como una de las fisioterapeutas eventuales de la Selección Nacional de México, para todas sus categorías, es una apertura de género para festejar.
Con estudios en Alemania y Holanda de Medicina Física en Rehabilitación, especializada en fisioterapia en el deporte, drenaje linfático y análisis biomecánico corporal, Carlotta Oetling tuvo su primer contacto con el mundo del futbol varonil en Alemania, y le gustó.
Ella piensa que justo ese destacado en su curriculum y “quizá mi constitución y que mido 1.78”, fueron elementos que llamaron la atención de Carlos Pesaña para integrarla a su equipo de fisioterapeutas en la máxima institución del futbol nacional.
De techos y ventanas
Oetling es una de las pocas mujeres que han ocupado un lugar en la banca de un equipo de futbol varonil en México. Ya lo había hecho en Europa, donde si bien la apertura en temas de género aún presenta retos, el avance es un poco mayor, “hay mucho más respeto”, comenta.
En Venados sintió la diferencia, “sin duda el futbol es un deporte inventado por hombres para hombres”, señala y recuerda que, particularmente en México, existen incluso supersticiones que objetan la presencia de una mujer en la cancha.
Ella dice...“Soy, literal, como el mecánico que mantiene el coche en perfecto estado”
“Cuando llegué a Venados, algunos jugadores tenían miedo… después del primer partido que ganaron, vieron que no había tal maldición y se relajaron”, bromea Carlotta; sin embargo, agrega ya en serio que “apenas hace unos días leí que en Estados Unidos van a empezar a homologar los salarios de jugadoras y jugadores de futbol… apenas. La brecha está ahí”.
Para ella ha sido un reto entrar a este mundo, sobre todo sobrellevar la soledad durante los torneos varoniles. “Viajas con los equipos y todos son hombres: los fotógrafos, los jugadores, el cuerpo técnico… Debes cuidar tus modos y es triste, pero hay que ser muy consciente de no ser demasiado amable como para que se malintrerprete, y al mismo tiempo estar segura de tus capacidades… He aprendido que en este mundo no debes tomarte las cosas personales y eso que siempre he tenido facilidad para relacionarme bien con todo tipo de personas”, cuenta.
Reconoce que ya en la Selección Nacional llegó a sentirse extraña cuando alguno de sus compañeros o jugadores la apoyaban a cargar la mesa de masajes. “No quería que pensaran que me ayudan porque soy mujer, yo puedo con ella… pero hay que tener la conciencia de que allí todo mundo vive su sueño y hay mucha gratitud de parte de todos los que participamos. Todos son muy amables allí”.
Pensar en grande
La enorme oportunidad de ser parte del equipo de la Selección Mexicana de futbol llegó de manera inesperada. “No es que lo soñara en especial”, dice, ni lo buscó. Su trabajo como fisioterapeuta en el equipo Venados de Yucatán y su actividad en las redes sociales —donde publicaba parte de su vida con el equipo—, llamaron la atención de Carlos Pesaña, quien la llamó para platicar la opción de integrarse como eventual a su equipo médico… Y “solo se dio”.
Para Carlotta —Carlotitta, como la llaman en Venados— es un orgullo pertenecer al equipo de la Selección Nacional de México. “Es una institución con una disciplina enorme, sin margen para equivocarse, y mucha amabilidad y un gran respeto entre todos los que participamos porque sabemos, desde el jardinero hasta el cuerpo técnico, los directivos y los jugadores, que estamos allí porque somos los mejores en lo que hacemos. Ojalá me sigan convocando a eventos”.
Oetling está consciente de que su labor en la Selección Mexicana no es fija; no obstante, la carga de trabajo que llevó en los últimos meses entre esa actividad y sus responsabilidades en Venados de Yucatán —donde ha colaborado por dos años—, aunada al deseo de retomar su práctica privada, la impulsaron a volver a la CDMX, donde también pretende abrir una clínica.
“No dejo del todo Venados, el presidente —del club— me pidió que me mantuviera vinculada y estaré yendo una vez al mes para trabajar en la formación de las fuerzas básicas, queremos atletas conscientes de su cuerpo para aprovechar su potencial y evitar lesiones; también seguiré presente en el primer equipo. Ellos tienen la apuesta de llegar a la Primera División y por eso trabajan fuerte”, dice Carlotta.
“Soy, literal, como el mecánico que mantiene el coche en perfecto estado”, comenta Oetling con cierta gracia. La fisioterapia, explica, no es solo rehabilitar lesiones, sino principalmente preparar los cuerpos de los atletas para que puedan dar lo mejor de sí en la cancha, una filosofía que le valió vivir el gozo de formar parte del equipo que cobijó a la Sub 20 varonil para llevarse la copa en el Revelations Cup 2021, disputado en Celaya, Guanajuato, el pasado noviembre.
srgs