Si bien en México aún no hay una ciudad que sea catalogada como 100% inteligente, la crisis sanitaria por covid-19 puso sobre la mesa la necesidad de que las diferentes urbes del país apuesten por este modelo de desarrollo urbano.
Para Marco Martínez, autor del Ma- nual de Mejores Prácticas en Ciudades Inteligente de la Fundación Friedrich Naumann, la crisis sanitaria expuso las fallas de los modelos tradicionales de las grandes urbes, las cuales, en su mayoría, se centran en el uso de automóvil y dejan de lado garantizar los servicios básicos como agua, luz y vivienda, además excluyen el cuidado del medio ambiente y la calidad de vida de la población.
“Con la crisis sanitaria surgió la nece- sidad de un nuevo modelo de urbanismo. Las ciudades que fomentaban que no hubiera cercanía entre los edificios para vivir y los lugares para trabajar, así como el acceso a servicios han presentado los mayores problemas durante la pandemia”, dice Marco Martínez.
Según el autor, las smartcities, como también se les conocen a las ciudades inteligentes, son las que tienen mejores capacidades para solventar los nuevos retos derivados de la pandemia y, también, de los próximos escenarios que se vienen al entrar a un mundo más conectado.
Estos nuevos modelos urbanos tienen como base el cuidado de la salud de la población a través de la generación de espacios verdes, apuestas por la conectividad tecnológica, movilidad integrada, desarrollo de energía amigables y que genere una mejor calidad de vida entre la población que vive en la urbe.
El especialista señala que si bien no hay ni una sola smart city en México que cumpla con todas las características para ser considerada inteligente, sí hay casos de ciudades que buscan llegar a serlo y han desarrollado programas para encaminarse hacia esa categoría en un futuro.
La consultora PwC estima que las ciudades inteligentes alcanzarían una cierta madurez como sector a nivel mundial en 2025, cuando podría registrar un valor de 2.5 billones de dólares.
La pandemia no cambiará la tendencia. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en México existen cuatro metrópolis que podrían considerarse smart cities, estas son: Maderas, en Querétaro; Ciudad Creativa y Tequila, en Jalisco y en la capital de Puebla.
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Tequila inteligente
Rodeado por murallas de agave, el Pueblo Mágico de Tequila, en Jalisco, es un ejemplo de cómo una región puede hacer frente a la pandemia, debido al monitoreo eficiente del covid-19, con ayuda de un sistema inteligente de análisis de datos, cámaras y puntos de acceso wifi, han ayudado al municipio a rastrear con mayor facilidad los casos que se registran.
“Si antes esto era importante, ahora se ha maximizado con el tema de la sana distancia, donde cada vez más los destinos tienen que conocer la forma de desconcentrar (a la gente). La pandemia ha puesto de manifiesto los problemas que ya existían”, dice Federico de Arteaga, director del proyecto Tequila Inteligente y experto en Ciudades Inteligentes. Los sistemas de access point del municipio permiten visualizar la densidad de tránsito de las personas y las mediciones en tiempo real, “con lo que se puede decidir cierto comportamiento dada la información que se tiene y trabajar en decisiones de descongestionamiento....
Minuto a minuto se ha informado sobre la evolución de la pandemia en Tequila; dentro del sistema de información se hizo un clúster llamado Tequila Salud, el cual todo mundo puede consultar, esto ha ayudado mucho a que la gente tenga certidumbre”, dice De Arteaga.
El proyecto, que comenzó como una alianza público-privada entre el gobierno del estado y el Grupo JB, filial de José Cuervo, destinó en una primera instancia 2 millones de dólares (mdd) en inversión conjunta para este desarrollo en 2014.
Posteriormente, se ha hecho una inversión de 200,000 dólares anuales para el mantenimiento del proyecto, con lo que ha sido posible conectar gratuitamente con hotspots el centro histórico del municipio, y desarrollar apps para incentivar el comercio local, además de dar seguimiento al turismo y registrarlo para medir sus hábitos y preferencias.
Gracias a estas mediciones, ahora se sa- be que al municipio ingresan anualmente 450,000 personas, lo que facilitó el cuidados de salud en la pandemia, y pensar en opciones locales de home office y conectividad en la zona.
“Tener el municipio conectado ayuda a que las personas pueda hacer home office más fácilmente. Lo que habíamos impulsado desde un inicio, ahora vemos que da frutos, y cuando esto termine y se pueda volver más a la normalidad, el tema de la ciudad inteligente ganará credibilidad y uso”, asegura De Arteaga.
El caso de Tequila muestra un ejemplo a seguir. La pandemia está generando una oportunidad para la conectividad urbana y los desarrollos inteligentes de ciudades en México, que antes no habían terminado de despegar y ahora revelan sus ventajas. Así, cada vez más urbes podrán conectarse con mejor tecnología, puntos de acceso a internet, comercios más “inteligentes” y servicios de salud digitalizados.
“Llevábamos ya muchos años tratando de mejorar en muchos aspectos y madu- rando hacia un pueblo mágico inteligente, algunas de las cosas que implementamos funcionan muy bien y ya se usan para tomar decisiones”, dice Arteaga y señala que, en el tema de salud, vieron de dónde viene la gente que llega y en qué llega.
“Estamos tratando de convertirnos en un referente para la gente de Tequila”.
Querétaro digital
Otro de los casos de implementación de inteligencia urbana, que se aceleró por la contingencia sanitaria, fue en Ciudad Maderas, en Querétaro. Allí se echó mano de la tecnología de Oracle para digitalizar estaciones de atención de servicio a la población y realizar acciones de telemedicina, consultas online y gestión de posibles contagios a través de una aplicación móvil, de la cual se han registrado más de 13,000 descargas.
“La app se lanzó a principios de la pandemia y se convocó al gabinete para hacer una estrategia digital para enfrentar la crisis.
Desde el inicio, el gobierno detectó que sería importante prevenir con tecnología la saturación de hospitales y solicitó diseñar la aplicación para hacer autodiagnósticos y ver si los enfermos requerían o no ir al hospital”, explica Pedro Toscuento, encargado de la estrategia digital del gobierno de Querétaro.
Según destaca, la ciudad ha buscado volverse más inteligente en los últimos años y avanzar en el plan de conectarse con sensores. Tan solo en 2019, el gobierno del estado ya habían implementado 80% de los sensores necesarios y 24 antenas de comunicación que permitirán hacer útiles las tecnologías como el Internet de las Cosas en Querétaro, según informó el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (CIDESI).
Además, la pandemia visibilizó la necesidad de implementar más tecnología de conectividad en los procesos urbanos del día a día, sobre todo al tratar problemas que requieren gestionar grandes volúmenes de información. “La participación ciudadana es muy importante para que la estrategia funcione y estos componentes tecnológicos han ayudado a eso.
El objetivo en esta ocasión era no saturar los servicios de salud y garantizar que los posibles contagios se deriven a un hospital”, dice Toscuento. En estos dos casos en particular, la pandemia de covid-19 fue el diferenciador para que el gobierno, la sociedad y las empresas empujaran a mejorar la conectividad urbana.
Además, podría alentar a otras ciudades a invertir en tecnologías inteligentes como sistemas de análisis de datos, cámaras y puntos de acceso wifi. “Los beneficios que traen a largo plazo pueden ser todavía mayores”, dice Toscuento y afirma que “las ciudades se harán cada vez más inteligentes”.
Eduardo de la Garza, gerente general de Monterrey Digital Hub, señala que las ciudades mexicanas ya están invirtiendo para ser inteligentes, “el ecosistema más desarrollado es Ciudad de México, hay otras ciudades, como Monterrey, Nuevo León, que está integrando su modelo económico con el uso de la tecnología, y Guadalajara que apuesta por la digitalización”.
Aunque reitera que todavía no son ciudades inteligentes, están en proceso y puede ser que en cinco años lo sean.