Cuando habla de su trabajo, David Pompa siempre habla en plural. El diseñador de 33 años, el primer mexicano que se ha presentado en Euroluce –la exhibición que concentra las soluciones más innovadoras en iluminación en el marco del Salón del Mueble de Milán–, me explica que lo que ha logrado lo ha hecho gracias a su equipo.
“Nada sería lo mismo si fuera yo solo. Studio David Pompa es una marca formada por gente de diferentes disciplinas que traen nuevas perspectivas e ideas. Esa época en la que había un diseñador estrella que hace todo solo ya no existe. Aquí todos los proyectos se hablan en equipo y mi papel es juntar los potenciales de las personas para crear productos increíbles”.
Su voz es baja pero segura, con un ligero acento alemán, y es que David lleva casi toda su vida en Austria. Su mamá es originaria de ese país y conoció a su papá en México cuando ella era estudiante de etnología. Tiempo después, la familia se trasladaría a Klagenfurt, una pequeña ciudad austriaca cerca de la frontera con Italia y Eslovenia donde crecieron David y sus dos hermanas menores.
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Estamos sentados en su showroom de la colonia Roma, en un edificio de principios del siglo XX con techos altísimos. Sus lámparas se exhiben de una manera muy artística junto al material con el que fueron creadas. Tres jóvenes que hablan en español y alemán están metidos en sus computadoras y resolviendo asuntos por teléfono; es parte del equipo de David Pompa que tiene oficinas en México y Austria. De hecho, llegó hace un par de días para Design Week.
“De chiquito era muy inquieto y le enseñé a dibujar objetos con dimensión sólo así se estaba quieto”, asegura su papá que llevaba unos momentos escuchando nuestra plática. David se sonroja y ríe, se ve que está acostumbrado a bromear con su papá. De hecho, el señor Pompa es ingeniero y también colabora en el equipo.
“Me preocupaba que quisiera estudiar pintura y se quedara pobre”, continúa. Y sí, David amaba dibujar y pintar. Me cuenta que a los siete años visitó por primera vez un museo de arte, se trataba de una exposición de Monet y se impactó con los cuadros de las lilis: “Se me quedó grabado y me pareció muy inspirador”. Pero al final optó por una escuela de diseño industrial porque, además de dibujar y pintar, le gustaba hacer cosas con las manos, algo en lo que también influyó su papá.
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Después de cursar la maestría en la Kingston University de Londres, en uno de los viajes anuales que la familia hacía a México, David se topó con el barro negro en Oaxaca y el material lo inquietó. Le sorprendió que no había diseños contemporáneos hechos en barro, así que se enganchó y fue así como empezó todo.
(Can es la primera lámpara que realizó Studio David Pompa, tiene una forma exquisita y sencilla hecha con barro negro.)
¿Por qué te fuiste por el camino de la iluminación?
Los materiales nos hicieron el favor de mostrarnos el camino. Además de que son frágiles, la luz ayuda a resaltar sus características, por ejemplo, a distinguir las burbujas del vidrio soplado o la textura de la piedra volcánica; fue un poco por lógica hacer iluminación.
Para mí lo que importa es el carácter que le puedas dar al material a través del diseño, sacarlo de contexto. El objeto en sí viene en segundo lugar.
¿Cómo empezaste, cuál fue tu primera colección?
Nos tardamos cuatro años en armar la infraestructura y desarrollar los contactos con distintos artesanos. Para nuestra primera colección iniciamos con cuatro materiales: barro negro, vidrio soplado, talavera e hilo de PVC.
Eso nos ayudó porque la gente nos empezó a distinguir no por una pieza, sino por nuestra filosofía de trabajo, pero también lo hizo muchísimo más complicado en la práctica porque es bastante difícil trabajar con tantos proveedores y experimentar con las posibilidades de cada material.
Studio David Pompa nació en 2013, ¿cómo han ido evolucionado tus diseños desde entonces?
Hay piezas que siguen en la colección pero en general sí ha habido una evolución, además de que hemos incorporado otros materiales. Las colecciones más recientes con ónix o cantera rosa son más difíciles de combinar y el reto de un objeto contemporáneo es más grande, por eso mismo también el resultado puede ser más intrigante. Entre más difícil sea el material más carácter vamos a lograr. No es el camino fácil pero el resultado es más interesante.
¿Cuál es tu producto favorito o que haya implicado un mayor reto?
El material al que más cariño le tenemos es al barro negro por ser el primero y también por el impacto social que tiene nuestro trabajo en las comunidades de artesanos oaxaqueños. En mi casa tengo dos cans, una en cada buró.
Cuando le pregunto sobre lo que significa ser el primer mexicano que se presenta en Euroluce y el reconocimiento internacional que ha logrado su marca en tan poco tiempo, David se muestra muy modesto.
“Creo que nos tocó estar en el tiempo y el lugar correctos” y reconoce que son un equipo muy trabajador, dedicado, y que han apostado por que sus diseños no sólo sean buenos sino que tengan una calidad excepcional. “Nuestro objetivo es crear piezas que no sólo ‘iluminen bonito’ sino que sean objetos de los que la gente se sienta orgullosa por ser algo de su propio país y porque tienen una historia material como la talavera de los platos donde comían de niños, o la piedra volcánica igual al molcajete que había en su casa”.
Al final, como en toda pieza de arte, el objetivo es generar una emoción y las piezas de David Pompa sin duda logran esa conexión con la gente.
(La colección Origo yuxtapone el cristal de ópalo y la piedra volcánica haciendo destacar la textura de esta).