Es fácil observar que la pandemia por covid-19 impulsó fuertes cambios emocionales en los más pequeños. Sin embargo, puede ser solo la punta de un enorme iceberg de salud mental que hemos pasado por alto durante demasiado tiempo. Actualmente la inteligencia emocional y la resiliencia son aspectos clave en la educación infantil, ¿por qué no se enseña en casa o en las escuelas?
Muchas personas piensan que, al tratarse de los menores, no pueden manifestar tristeza, frustración, ira, decepción, ansiedad, o estrés; sin embargo, debemos desmitificar esta creencia, y el círculo más cercano es clave para lograrlo paso a paso.
En este regreso a clases, cabe recordar que la familia impacta sobre el desarrollo emocional de los niños y las niñas. En la infancia comienza el descubrimiento de las emociones y el intento de regulación de las mismas, así como la búsqueda de respuestas adecuadas. Como tutores debemos ayudar a los niños desde pequeños a desarrollar la inteligencia emocional y a fortalecer la resiliencia. Somos los encargados de crear un espacio seguro donde ellos sientan que hablar de las emociones está bien.
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La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer nuestras emociones y las de los demás, ayudando a que los niños tengan un alto conocimiento de cómo autorregular y expresar lo que sienten.
Desarrollar resiliencia es la capacidad del ser humano de afrontar con éxito la adversidad y regresar fortalecido de eventos desfavorables. Es la capacidad de desarrollarnos adecuadamente para seguirnos proyectando en el futuro a pesar de los acontecimientos de vida complicados. Sin embargo, que los niños sean resilientes no significa que no experimentarán dificultades o angustia ante un momento doloroso.
“Los niños más resilientes poseen recursos para comprender que ante la adversidad es posible encontrar soluciones asertivamente”
La buena noticia es que la resiliencia es una capacidad que puede aprenderse. Aquí uno de los consejos más valiosos: Sé el padre/madre que necesitabas cuando eras pequeño. Para lograr el bienestar emocional y la resiliencia de los más pequeños en este regreso a clases, te compartimos los siguientes puntos para llevar a cabo esta tarea en el día a día:
1. Sé un tutor resiliente. Transmite a los niños las estrategias y aprendizajes que tienes para hacer frente a los problemas. La resiliencia se construye cuando nos relacionamos, es decir, ningún niño tiene la posibilidad de volverse resiliente por sí solo, necesita que otros le brinden cuidado, protección, comodidad y respaldo ante la adversidad, que lo respeten, le enseñen a valorarse y a confiar en sus capacidades, y además le enseñen a respetar a los demás.
2. Mándales mensajes positivos. Crea un ambiente familiar donde constantemente se mande el mensaje de “tú me importas”, “yo te quiero” ,“creo en ti”, “tú puedes”, “tus emociones siempre son válidas”, “ está bien llorar”, “está bien si hoy no lo lograste, mañana puedes intentarlo de nuevo”.
3. Fomenta la autoestima. Ayuda a tu pequeño a recordar cómo lidió satisfactoriamente con dificultades en el pasado y enséñale a entender que esos logros le ayudan a desarrollar fortaleza para manejar desafíos futuros.
4. La resolución de problemas. Haz que tus pequeños escriban un problema primero y luego hablen sobre diferentes soluciones. Expresa tus pensamientos solo si te piden ayuda. Si no, solo escúchalos y empodéralos para que propongan sus propias ideas. (¿Cómo resolverías esta situación? ¿Qué crees que podría ayudarte? ¿Cómo te hace sentir?).
5. Enséñales a hacer amigos. La solidaridad y la cooperación son fundamentales para el desarrollo emocional y la sana convivencia con sus amigos. Si el niño aprende a ayudar a los demás, se sentirá más útil y valioso.
Los niños más resilientes, poseen recursos para comprender que ante la adversidades posible encontrar soluciones asertivamente, destacando sus capacidades de relacionarse con el otro, mostrando competencias para buscar ayuda de ser necesario en los momentos difíciles para tomar decisiones; ayuda a tu hijo a que esta tarea se trabaje a diario para que en su edad adulta sea una persona con una gran fortaleza interna y seguridad.
GAF